Mientras Dejaba La Vida Pasar

"Y mientras dejaba la vida pasar, como quien deja correr el agua del río sin atreverse a dar el salto y zambullirse, sentado en la plaza observaba el vuelo de las palomas, noble y elegante como su cortejo. Siempre había sentido fascinación por los pájaros y su capacidad temprana para volar, armándose de valor desde el primer salto del nido. Ellos sí que se atrevían a vencer sus temores. Trazaba líneas imaginarias siguiendo la estela de giros imposibles del macho tras la hembra esquiva, entretejiendo nubes de rastros invisibles que se cruzaban una y mil veces en el aire. Delante de él, la fuente cantaba con delirio su copla de chapoteos recordando que la naturaleza es fuerza que fluye y no se estanca. Qué lejano le quedaba a él eso ahora que arrastraba el lastre de una vida mal llevada. Cuánto peso debía soportar a diario a sus espaldas como castigo por no haber sabido jugar las cartas que el destino le repartió con la misma transparencia que al resto. Caminos que se desvían, pensó. Como las novelas que cambian la historia según escoges seguir la lectura en una página o en otra. La suya, la que contaba su vida con un narrador omnisciente y un espacio indefinido, era una novela gris, dramática, abocada al fondo de una estantería polvorienta y olvidada. Una tragicomedia sin diálogo. Una historia con el "Fin" anticipado. Y todavía con la mirada perdida en el vuelo de las palomas que coqueteaban frente a él, lamentó no ser una de ellas y poder echar a volar para coger la suficiente altura como para asegurarse una muerte indolora al perder el conocimiento en la caída antes de llegar a impactar contra el suelo. Pero cuando su cabeza no hacía ya otra cosa más que imaginar el placer morboso del fin de todo, escuchó los sonidos que un palomo le enviaba a una paloma a muy poca distancia de él. Observó atento el cortejo; las formas, los andares y la sutileza hasta lograr ser el elegido. Y fue entonces cuando se dio cuenta y aprendió que las oportunidades siempre le llegan a quien las busca y las persigue."
...Después se levantó, cogió su bastón, se puso la boina y se marchó entre los aplausos de los jóvenes que tarde tras tarde, se acercaban hasta la plaza a escuchar sus historias con moraleja.

Y es que Sucede Que Hoy simplemente escribí...

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