Al Sol, Al Son

La música se desliza y navega mar adentro hacia la profundidad de mis oídos atentos. Tumbado bajo el sol, mi cuerpo se nutre de vida mientras la primavera arrasa en los campos y praderas con la misma fuerza con la que lo hace en la sangre de mis venas. En el interior de mis párpados cerrados, se dibujan formas imposibles trazadas por la luz que traspasa la piel, mientras el viento las hace bailar como bailan las hojas de los árboles que dentro de unas horas comenzarán a darme sombra. Mientras siento el calor que sube por mi cuerpo y la melanina estallando en chasquidos de color café, me dejo llevar por las canciones que una tras otra vienen a amenizar la espera del temprano bronceado de este mes de abril. Y en las letras que escucho, creo entrever el reflejo de mi vida y el susurro de tu voz diciendo "quiéreme", "ya no habrá más dudas" o "te esperaré". En cada canción intuyo tu nombre y me vienes a la mente relacionando estrofas con pasajes de momentos vividos y por vivir. Y con tu recuerdo como acompañante continúo con mi particular fotosíntesis con el deseo de que, para cuando los tejados terminen por ensombrecer mi pequeño reino de luz y sol, las canciones se transformen en tu viva voz hablándome cara a cara mientras esperamos a que nos sirvan con las manos entrelazadas por debajo del mantel.

Y es que Sucede Que Hoy fuiste mi música...

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