Te Estaba Esperando
Después de tanto tiempo esperándote hoy has vuelto a mí. Te he sentido cerca, penetrante y cálida. Durante un rato he podido percibir tu calor, tus caricias sobre mi piel y el reflejo dorado matizando una gama de brillos olvidada por desuso. Has provocado la apertura de cada centímetro de mi cuerpo para percibirte mejor, más próxima, más viva, más mía. Y es que sólo tú tienes el poder de elevar mi temperatura, de caldear mi sangre y hacerme soñar con momentos junto al mar, rebozado en arena, y con el sonido de las olas y las gaviotas haciendo vibrar mis sentidos. Los días son más bonitos en la medida en que te quedas más tiempo a mi lado.
Hoy has impregnado mi tez con tu pigmento temprano y alentador. Has bañado mi epidermis de un tono áureo teñido de matices, provocando una auténtica fiesta en mi melanina. Ojos cerrados, espalda apoyada en posición horizontal y mente volando mientras tu calor y tu refulgencia calaban hondo. Eso y el placer de sentirte de nuevo, tras demasiado tiempo echándote de menos.
Y es que Sucede Que Hoy me dejé empapar por la luz del Sol...
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