Angustia De Desterrado
Como el personaje diminuto al que nadie presta atención en una obra de dimensiones colosales. El pequeño ser que, aún siendo parte de la historia narrada a pinceladas, ni siquiera el historiador advierte. Esa figura insignificante que sin embargo guarda en su mirada la fuerza expresiva y el drama que sustenta toda la creación. La única efigie que parece haber perdido el color y la única a la que la luz artificial no alcanza, quedando en la sombra. Lejos quedan ya los primeros bocetos en los que el artista había decidido que él sería su protagonista; grande, proporcionado, esbelto, centrado y mirando directamente a los ojos del espectador. Lejos también los días en que los colores vivos se deslizaban por sus ropajes con suavidad y alegría. Ahora, desterrado al rincón de la deshonra, siente cómo pasa inadvertido incluso ante los ojos de su creador. Cómo se diluye entre la nada y envejece sin remedio olvidado en un ángulo discreto. Y el dolor se hace todavía más insoportable cuando olvida la auto imposición de no mirar al frente y descubre a escasos metros de sí la figura de la Venus desnuda con los brazos abiertos invitándole a su paraíso de verdes intensos. Ninfas con susurros de sirena que tientan seduciendo a los sentidos, anulando todo poder racional. Y aunque el desasosiego aumenta y desazona la templanza del combatiente, en su escudo reza la insignia del tesón y la esperanza. No es destino de caballero caer olvidado en la batalla.
Y es que Sucede Que Hoy me esfuerzo por no inquietarme...
2 comentarios :
hayyy... pablito... la angustia del destierro... el gusto rancio en la boca del exilio... ajeno a todo... lejos...
distancias...
detras del cuadro, la exclusión de la escena... en blanco, detras, oculto...
destierros... desarraigos... retiros...la sensacion de pequeñes...
sabes?...Sucede que hoy, me senti ínfima… minúscula ante las ocurrencias del destino… apenas una sombra diminuta en la inmensidad de una ciudad ajena. Tanto, que el soplo de una brisa espanto mi presencia como huracán. Mi pequeñez me asfixiaba, apenas pudiendo respirar en cuotas. Anémica de abrazos, contagiándome de incertidumbres, demandándole demasiado a mis espacios. En mi demente insensatez, en tus lentitudes y en las inagotables preguntas del mañana me sentía exageradamente microscópica....
Una chiquita cruzando la avenida colosal de la soledad sin manos a las que aferrarme, las luces de las ambulancias, las sirenas del desconsuelo pasaron sin detenerse y hubo trafico de imágenes y recuerdos. Amarillos titilaban todos los semáforos de la calle, mientras mi cuerpecito, tibio en el desamparo del invierno... se refugio en undiagnostico contundente: astigmatismo espiritual...
ayer, diminuta ante el desengaño del deber ser. Perdida, liliputiense ante un presente Gulliver; que poco tenia de cuento de hadas, pues era poca la magia que desplegaba mi varita marchitada. Abracadabra! y nada. Solo yo, acurrucada, inconciente ante las utopías de la redención....
… me sentía extremadamente menudita, ante la jactancia del olvido, ante la atroz infamia del destino, ante la petulancia del castigo… derrapando en la presunción heroica del destiempo. Bajita en el vértigo de las altas arrogancias de la razón. Mínima, insignificante, invisible. Peculiaridades del silencio abarrotado de vacíos, resonando en el aire anunciaban a grito pelado, la oferta de mi inconsistencia. Eclipsándome. Desvaneciéndome en el día gris, entre la niebla...
y hoy... sencillamente hoy, las palabras aplastan las ideas, sin reconocer puntos y comas. Sin detenerse a meditar mis pensamientos se agigantan dando pasos fabulosos. Los tiempos invisibles, se trasforman, van y vienen como desaforados, enloquecidos, hasta dejan en ondas mis cabellos, y mis pupilas tristes, mirando al vacío se colman de futuros. Me animo… e imperceptiblemente… entre deseos, siento que me despliego. Minuto a minuto, como de repente, mi loca manía de soñar, y como quien no quiere la cosa, y aunque no este bien visto por las buenas costumbres, me desnudo de razones… de teorías, de conjeturas y creencias y crezco, y crezco y crezco… y se magnifican mis luces, encendiéndome toda. Y brillando, resplandecen mis dolores, la nostalgia me regala adjetivos magnánimos, acompañándome de ilusiones… Indicios del porvenir pinto con acuarelas, y creo. Reversible....
Mi intuición me lleva traspasando las capas. Superlativa mi vida se sostiene irguiéndose, y se extiende mas y mas… y mas todavía. Tanto, que no quepo dentro de mi cuerpo, de mi humanidad, extendiéndose mi mirada mas allá de la eternidad. Se dilatan mis sueños entre las nubes, mis deseos, mis mañanas. Miro el cielo, el sol… entonces, siento que estoy, que habito, que arriesgo…que despierto y se cuela la luz… revelando una certeza: existo!
lejos... en el exilio, pero no de mi misma... perdiendome me encontre... .. en la eternidad del tiempo… en la trascendencia de todos los tiempos...
besitos
Hola Vicky...
Gracias por pintar con tus vivos colores este espacio, porque en el momento que dejas tu huella adquiere más magia.
Debemos sentirnos así de diminutos de vez en cuando a modo de cura de conciencia y sentirnos tan pequeños como infinitamente eternos en mitad de esta realidad constante que nos domina.
Sintiéndonos pequeños es cuando entendemos la grandeza universal de nuestra existencia.
Besos y gracias, de corazón.
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