Como Al Alma El Suspiro

Y al fin llegó como llega el invierno sin falta cada año; de noche, en silencio, torciendo la esquina de una ciudad dormida sin edredones. En el cielo una luna infinitamente redonda y pura regalaba su luz iluminando los árboles agitados por un viento gélido. Las manos y el corazón temblaban, no sé ya si por ese mismo frío o por los nervios de saber que era el momento; que no habrían más esperas; que la magia dejaría que de un abrazo brotara una pasión parcialmente suicida. Y el beso cayó al labio como al alma el suspiro. Dos cuerpos se juntaron en un mismo instante suspendido eternamente en el tiempo, mientras los sueños se fundían en un cuento con millones de páginas vírgenes de argumento. Espacios en blanco para escribir en verso la vida de dos locos perdidos en un mundo ajeno. Y tal como había llegado se fue con el invierno aquel lapso de ensueño, dejando al desnudo dos rostros nerviosos pero sinceros. La semilla se regaba con la savia de aquellos besos y en el pecho florecían tallos como almendros en enero. Una primavera temprana perdida en el calendario que trataba de hacerse hueco entre lágrimas de hielo afilado. Pero el sol sabía que había llegado el turno de sus rayos, el momento de arrasar el frío y cubrir el prado de dorado. Que la pena se esfumara entre lamentos con la fuerza de un silencio que pusiera fin al duelo. Eran tiempos de alegría; eran tiempos de añadirle páginas y vivencias a la biografía.

Y es que Sucede Que Hoy sucedió y fue mágico...

4 comentarios :

Anónimo | 03:24

Y yo he sentido esa magia.
¡Gracias!

Espero que pases unas muy felices fiestas y que el 2008 llegue cargado de nuevas historias que hagan sentir a través de las palbras como tú sólo sabes hacerlo. Te deseo todo lo mejor, pues es lo que te mereces.

Besos

Pablo Martín Lozano | 04:36

Hola Noelia!
Mis mejores deseos también para ti en estas fechas y descuida que de ponerle letra a los "sucedes de cada día" ya me encargo yo por mucho tiempo. Más con el cariño como el tuyo.

Besos y Felices Fiestas.

Encarni | 23:13

Hola Pablo, veo que Neruda volvió a acompañarte una vez más.

El invierno, con ese frío que le caracteriza provoca esas ganas locas de sentir el calor humano, de abrazos, de tumbarse junto a esa persona en el sofá y es ahí, en el momento en el que no están cuando se siente más el frío.

Permíteme robarte tu frase para terminar mi comentario:

Y es que sucede que hoy el más simple roce de sus labios me devolvería al más cálido de los veranos...

Mucho me equivoco o algún beso mágico te llevo de viaje a ese verano en esta fría noche... Sé las normas, no espero una respuesta.

Un beso enorme.

Pablo Martín Lozano | 23:24

Neruda es uno de esos referentes que nunca terminan de irse. Cuando lo lees, cuando te impregnas de su verso, es difícil no caer en su magia. En cualquier caso, en este relato la rima venía sola, impulsada por la ilusión de ese beso que has descubierto entre líneas (o no tan "entre"), jeje.
Hablamos de la misma persona que en la playa, que en el puente, que...

Besos y gracias

PD: Por esta vez me he saltado un poco las normas al final, pero no vale acostumbrarse.