Una Llamada Inoportuna

Y fue en uno de esos momentos en los que la vida parece golpearte duro por cada una de las veces en las que te olvidaste de dar las gracias por ella.

Era media tarde, estaba acostado tratando de recuperar un sueño del que la noche anterior no había podido disfrutar, cuando de repente sonó el teléfono. Desperté bruscamente y me alejé poco a poco del estado inconsciente en el que me encontraba sólo segundos atrás, mientras la última imagen se desvanecía lentamente en mi mente. No recuerdo cuál era. Alargué el brazo hasta alcanzar el teléfono y descolgué sin mirar la pantalla -aunque hubiese querido, mis ojos estaban demasiado pegados- y contesté sacando una voz tímida de ultratumba. Sólo se escuchaban golpes y sonidos estridentes, algo así como un bombardeo que me hizo creer que seguía soñando. Pero no. Poco a poco fui desmembrando aquellos ecos resonantes e intuí una risa de fondo que me resultaba familiar. Llevaba meses sin escucharla pero parecía la de ella. Las dudas se disiparon cuando después de la risa comencé a escuchar su voz. Seguramente llevaba el móvil en el bolso y mi número se había marcado por azar, caprichoso y mordaz aquella tarde, devolviéndome recuerdos que ya estaban enterrados. Debí colgar en seguida, volver a dejar el teléfono sobre la mesa y continuar durmiendo, pero el ser humano tiene una curiosidad insaciable -incurable e insaciable- que me forzó a permanecer pegado al auricular tratando de identificar cada sonido. Así que en el silencio de la habitación vacía comencé a entender cada una de las palabras que salían de su boca, entre golpes y tambaleos en el interior de su bolso de marca. Y fue tan doloroso como placentero escuchar cómo aquella voz trataba de soltar tequieros al viento dirigidos a otro que no era yo, sabiendo que aquel no era el tono verdadero con el que solía decírmelo a mí, el tono que realmente salía del corazón y su sentido era profundo. En esta ocasión su voz sonaba temblorosa, temerosa de no estar en lo cierto y tintada de una falsedad que sólo ella y yo conocíamos, mientras quien los recibía creía escuchar melodías celestiales sin saber que aquellas palabras no eran más que mentiras y disfraces.

Cuando acabó aquel juego de ficciones y apariencias escuché el sonido de un beso retumbando más de lo normal en mi altavoz y entendí que había llegado el momento de colgar y seguir durmiendo. Al fin y al cabo mi sueño estaba siendo más bonito que aquello.

Y es que Sucede Que Hoy sigo sin creerme nada...

7 comentarios :

Anónimo | 09:54

Eso, para mí, se asemeja a una tortura. Revivir recuerdos, cuando en realidad sabes que lo mejor sería pasar página, solo acaba haciendo daño.

Desde luego la llamada no fue muy oportuna.

Una de las frases de mi poema favorito dice "Es tan corto el amor y es tan largo el olvido"

Voy a coger mi bolso y voy a seguir tu consejo, caminaré hasta la calle ESPERANZA y me sentaré en el taller TIEMPO, hasta que todo pase.

Espero que hoy te hayas despertado mejor y que la fiebre haya desaparecido.

Mil besos.

Encarni

Anónimo | 13:33

Historias inventadas pero parecen de verdad y más cuando estás tan cerca de kien lo escribe....relacionando todo lo que cuentas......y tambien haciéndolo de ti mismo.....no me cuesta en absoluto ponerme en esa situacion....solo que en mi caso esas llamadas no serían casualidad.....y las palabras no sonarian desde lejos....sino muy de cerca...xa seguir recordándome que ese olvido es y siempre será imposible.....y que solo estamos dándonos un largo tiempo xa volver a caer........besazos enano.......te quiero tanto...............mejorate mi azafato ..........OE

Anónimo | 15:54

Las nuevas tecnologías nos juegan malas pasadas. Quiza a uno le aproveche más el sueño que escuchar algo que nunca se imaginó que iba a oir.

En fin que e va a hacer. Y suecde que hoy eso pasa y para colmo soncasualidades, impertinencias, que nos dejan esa cosa que a uno le sirve para cominicarse, auque a veces, deje oir cosas que no se quieren decir.

Un abrazo y no seas tan acogedor: dile a la fiebre que se marche.

En fin literato tienes todo un futuro lleno de historia.

Pablo Martín Lozano | 16:29

Encarni: También es uno de mis poemas prefereidos y te recomiendo una cosa: quédate con los últimos versos, allí es donde se observa que todo se supera: "Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo".
Espero que mi anterior consejo surja efecto.
Otros mil besos para ti.
(La fiebre se va marchando).

"Falsa Anónima": En fin...¿y qué se supone que debo contestarte a eso?jeje.
Que la (re)caída de la que hablas valga la pena. Gracias por estar ahí.
Besos de otro que también te quiere.

"Yo mismo": Es la otra cara de las tecnologías. Ya sabes, el yin yang nunca falla. Ójala fuese tan fácil poder renunciar y seguir durmiendo.
Gracias por seguir ahí.
Un abrazo.

Cris Lago | 10:43

Vaya!como dices, es de esos momentos en los que todo tu día se tiñe de gris.Un solo momento puede cambiar el rumbo de las horas y hasta del sueño.Ayer algo me dejó esa sensación cuando iba llegando a casa.Me encontré a un amigo del pasado,del pasado que no quieres recordar y viéndolo venir, mi dia empezó a nublarse.Empecé a hablar con él durante casi una hora y nombrando a la persona que menos queria yo recordar.Al final llegué a casa con una sensación que me al contrario de convertir mi día negro, hizo mi día más blanco de lo habitual.No me había parado a pensar lo bien que estaba yo desde entonces.Cómo había cambiado mi dia a dia, mi vida en general y lo más importante, lo feliz que ahora era.Antes de dormir, llegué a esta conclusión:

Había olvidado que todo lo olvidé,
había olvidado que el olvido
también se puede olvidar.
Y de repente alguien se cruzó,
que me hizo recordar
los recuerdos que se van.
Recordar lo olvidado y pensar
que el recuerdo como el olvido
también se puede olvidar.

¡¡Un besito Pablito!!

Mariola | 18:38

Yo también sufri llamadas que lo cambian todo. La tuya fue un momento, pero otras pueden girar radicalmente la vida. Al fin y al cabo siempre hay una explicación para todo y un porque.....Puede que algún día salga a la luz o puede que no.Un beso cristalito

Pablo Martín Lozano | 19:23

CRIS: Qué bien que de algo tan negativo a primeras, puedas sacar conclusiones tan buenas. Es una capacidad que no todo el mundo tiene y de la que te podrás valer en muchas ocasiones: aprovéchala.
Gracias por recordarme que el olvido también se olvida, ya lo había olvidado.

PD: Bebo Cigala "Se me olvidó que te olvidé".

Besos.

MARIOLA: Estoy seguro de que el teléfono no se inventó para eso, pero en ocasiones puede ser tan revelador...Además Creo que el número de rupturas de parejas debe haber crecido desde que existe: facilita demasiado la infidelidad, o más bien, descubrir la infidelidad.
Un beso.