Tanto Mundo Por Ver

Esta vez tocaba Australia. Hacía apenas veinte días que había regresado de París pero comenzaba a aburrirse de ver siempre las mismas paredes. Era una de esas personas inquietas a las que les arde la vista cuando salen a la calle y se encuentran lo mismo cada día. Tenía alma aventurera, corazón libre, gusto por viajar y una cuenta corriente que le respaldaba. ¿Por qué no hacerlo?.

Primero fue Roma, luego Londres, Nueva York, San Francisco, Miami, Budapest, Praga y París. No está mal si se cae en la cuenta de que todo ese mundo lo llevaba recorrido en el último año. Decía que disfrutaba viajando y conociendo ciudades, culturas, gente...Él que podía.
Ahora había decidido tomarse un relax, claro que le resultaba absolutamente impensable hacerlo en su propia casa -casa que, por cierto, estaba amueblada con lo mínimo ya que en realidad era más un lugar de paso que un hogar-. Necesitaba tranquilidad, playa, sol y darle la vuelta a todo lo que pasaba por su cabeza, tal vez por eso eligió marchar a las antípodas creyendo que así pensaría del revés; qué ingenuo.
El otro destino que rondaba por su cabeza era la Isla de Pascua, siempre le impresionaron las historias de los moai y aquello de hacerse llamar El Ombligo del Mundo según los autóctonos. Pero finalmente le convenció más la idea de sentirse apartado del mundo, pero civilizado y con posibilidades de recreo. El suyo no era un turismo, digamos, contemplativo. Prefería disfrutar del lugar tanto de día como de noche y por todos es sabido el poco calor que aportan las enormes figuras de piedra de la isla chilena.
Preparó la maleta en pocos minutos -es la ventaja de viajar tanto, uno domina ciertas cosas- y comprobó que su billete estaba donde lo había dejado. Un taxi le esperaría al día siguiente temprano. Y llegó ese día, amaneció antes de lo normal y el timbre de su casa no tardó en hacerse oír. Subió al taxi después de haber cerrado con llave la casa en la que, de paso, se había encargado de dejar bien selladas las penas. Ahora tenía veinte días por delante para olvidarse de todo.

Después de muchas horas de vuelo -entre el tiempo dormido y el cambio de hora todavía no sabía muy bien cuántas- aterrizó en su destino. Un sol radiante le daba la bienvenida. Bueno, eso y una azafata preciosa que le indicó la salida. Pronto llegó al hotel, se acomodó y paseó lo que quedaba de mañana por la orilla de una playa coloreada de dorado y azul intenso. Aquello era justo como había soñado. Aquello era justo lo que necesitaba. Miró al mar y sonrió.

Y es que Sucede Que Hoy viajaría día sí, día también...

10 comentarios :

Anónimo | 22:36

Q bonito!!!!!!!!!!!!! Ojalá mi trabajo el dia de mañana me dé para tanto...pero no creo,es pedir demasiado, pero sin duda cada vez me gusta más viajar. Australia, destino idílico, me encataría y lo haré un día, aunq Bali tb pero sobre todo el mar, me da igual donde sea pero siempre cerca la orilla de la playa,donde rompen las olas y te duermes entre el susurro de la brisa y las olas en su ofensiva por llegar cuanto antes a la orilla donde se rinden a nuestros pies inundados en la arena mojada...............sigue así enano....me emocionan tus escritos.............OE

Pablo Martín Lozano | 23:05

Lo que daría por poder oler siempre a salitre en el ambiente, asomarme a la ventana y ver la inmensidad del mar, despertar con el canto de las gaviotas, alumbrar mi habitación con la luz de un faro próximo a la ventana, tostar mi piel al sol y sentir el contacto con la arena. Veo que somos de alma marinera, jeje.
Viajar enana, qué placer. Espero poder hacerlo siempre. Empiezo el jueves; Roma me espera.
Besos.

Anónimo | 00:21

Creo que no sabría vivir en un lugar donde no pudiera disfrutar de la belleza del mar, de su olor, su serenidad... Pero me encanta viajar, mi último destino ha sido Londres en febrero y no había mar, pero tenia 6 dias para descubrir rincones preciosos como los que visité y disfrutar del amor, que durante un periodo la distancia me ha hecho disfrutarlo en pequeñas dosis. Aunque como ya te comenté, cogí mis maletas y decidí viajar "sola" desde entonces. Mi próximo destino, si hay suerte, es Génova. Hay millones de rincones bellos en este planeta, solo hay que encontrar la oportunidad y el momento perfecto para descubrirlos. Estoy segura de que viajar alarga la vida!!!

P.D. Me encantó Valencia. El Perelló en verano increíble!!

Besos, Encarni.

Pablo Martín Lozano | 00:30

Y tanto que esté mundo está repleto de rincones preciosos. Si por algo estoy contento de ser joven -entre otras muchas cosas- es por saber que me queda mucho tiempo para viajar.
Espero que se cumpla.
Seguro que Génova te encanta, como todos los lugares cuando se viaja por placer. Ya me contarás y si eso, lo apunto a la lista de destinos pendientes, jeje.
Un beso.

Joan Miquel Viadé | 15:01

Viajando hacia Fuera o hacia Adentro, el mundo siempre te espera para contarte alguna historia que todavía no sabes.
Sigue jugando.

Pablo Martín Lozano | 16:16

Desgraciadamente (si puede considerarse desgracia) me veo más capacitado de momento a viajar hacia afuera que hacia adentro. Sigue costándome más lo segundo -y eso que es bastante más barato- jeje.
De todas formas no desisto, sigo intentando coger trenes a la altura del pecho ;).
Un abrazo

PD:(a ver cuando la meteorología nos da un respiro y con él la posibilidad de vernos).

Anónimo | 16:17

Hola Pablo, pasaba por aqui -no se ni como he legafo hasta aqui-, deprisa, rapido, ocupado, pero al leer este rincon de sentimientos... me he quedado. espero poder leerte a menudo.

prometes como literato. yo también hago mis pinitos.

animo

Pablo Martín Lozano | 16:25

Hola "Yomismo", encantado de saludarte. Me alegro de que te haya gustado este rincón y te invito a que te quedes.
Gracias por lo de "literato" -aun queda- y adelante con tus pinitos; ésto no es más que eso.

Un saludo.

Anónimo | 23:59

Pues claro que me quedo, se está bien agusto. hoy casi me he leido todos los comentarios.

Mis pinitos son radiofónicos, poca cosa, además la radio es más difícil ya que no siempre se peude decir lo que se siente y tal y como lo sientes.

No se si será sensación, pero tus escritos tiene un tinte un tanto...melancólico.

Quizá me equivoque, aun que me gustan.

bueno mi email es la misma direción de internet que pongo, por si quieres hablar, peroseguido de @ y hotmail.

ánimo literato

Pablo Martín Lozano | 00:11

Perfecto, pues eres bien acogido, jeje. Yo también tengo mis pinitos radiofónicos, de hecho sigo con un programa semanal sobre Blogs e Internet. Por aquí descubrirás extractos de él.
Sigue comentando cuando te apetezca.
Un abrazo.