Si Todo Marchase Como Ayer

Hoy de nuevo mil recuerdos. Fue suficiente un mensaje en mi móvil a media tarde para hacerme revivir segundo a segundo una noche que guardo con especial cariño en la memoria. Por aquel entonces hacía algo más de frío que ahora, pero la situación no varía mucho de la actual. Todavía recuerdo el tiempo que pasé frente al armario eligiendo un modelo que lograra aunque fuese desviar tu vista por un instante. A juzgar por tu elección, juraría que tú pasaste como poco el mismo tiempo que yo frente al tuyo. Acertaste, no hay duda. No es que consiguieses desviar mi vista durante un segundo, más bien lograste que mi mirada no quisiese apartarse de tu cuerpo. Podría describir centímetro a centímetro tus atuendos de aquella noche.

Algo me decía que podía ser especial. Algún tiempo sin saber de ti, una posible coincidencia en un lugar y un destino que todavía no se atrevía a dejar que nos soltáramos. Creo que ya he dicho que la situación no varía mucho de la actual. En fin, algo más de tiempo frente al espejo y a la calle. No sé si ahora haría lo mismo, tengo poco que manipular ante ti, después de las situaciones en que me has visto durante tanto tiempo. Te recomiendo lo mismo, soy consciente de tu belleza incluso con ropa sucia o vieja.
Llegué puntual a la cita y mientras duraba la espera, mi cuerpo temblaba esperando el momento en el que te viera aparecer. Lo hiciste poco después, acompañada, sonriendo. Saludo cordial aunque escaso. Alma expectante, corazón renaciendo.

Más de un cruce de miradas durante la cena, fruto de una atracción insaciable entre los dos. Esbozos de sonrisas furtivas en cada ocasión que el uno se daba cuenta de la observación del otro. Así y con todo, era feliz, o casi. Terminó la cena y nos fuimos. El mejor momento de toda esta historia estaba a punto de producirse. Una mano malacostumbrada y un deseo irrefrenable por tocarte, entre conversaciones absurdas de las que se tienen cuando lo que deseas es algo más que palabras, pero intentas mantenerte distante ante la incertidumbre de un paso en falso que destruiría toda oportunidad. No fui yo, fue un acto reflejo. Se produjo.
En aquel momento hubiese preferido echar a correr, pero tu respuesta no fue como para eso. Gracias a tus pocas pero acertadas palabras me di cuenta de que quizá sí. Después el alcohol, el móvil, las palabras de una amiga y el deseo de mi corazón por reencontrarse con el tuyo hicieron el resto. Dos tontos que se quieren en la distancia y no se atreven a reconocerlo. Dos amantes locos que se estaban perdiendo un auténtico festín por la duda del uno y el juego del otro. Qué noche tan bonita -más de lo que fue- hubiese sido.

Hoy la historia repite sus inicios con las mismas esperanzas aunque menos posibilidades de éxito. Tendría que plantearme muchas cosas antes de decidir mi presencia. Supongo que tantas como tú. Pero sé que si voy, estaré esperando el momento de verte, de acabar la cena y salir afuera contigo por ver si mi mano no ha perdido todavía la malacostumbrada-buenacostumbre de actuar con voluntad propia en momentos como ese. Seguro que esa noche no fallo a la cita posterior por pocos que sean los indicios que me lances. Me quitaría una a una las espinas del recuerdo de lo que pudo ser y no fue. Yo no sé si estaré allí, pero de hacerlo, estaré esperando. Tú no lo sé, pero lo sueño. Entenderé tu ausencia como temor a verme y no ser dueña de tu reacción. No dejes que eso ocurra.

Y es que Sucede Que Hoy recordé aquella noche potencialmente repetible...

4 comentarios :

Anónimo | 10:12

Muy emotivo el post...Estoy seguro de que se repetirá, tiempo al tiempo.
Un abrazo.

Pablo Martín Lozano | 18:11

Hola anónimo. Esa frase es de las que repito con más confianza en mi día a día; "tiempo al tiempo". Supongo que ahora toca ponerla en práctica.
Saludos.

Anónimo | 19:33

kuko el anonimo de antes era yo,Jose,que se me olvidó firmar.
El tema este está muy hablado, y sabes perfectamente lo que pasará, no es el momento y punto, pero como he dicho antes tu historia me ha parecido muy emotiva, y como ya hablamos un respiro y tiempo al tiempo.
Un abrazo y felices fiestas, nos vemos en Cabaret ;)

Pablo Martín Lozano | 19:44

Hola Jose, suponía que eras tú. Un tema nunca está muy hablado hasta el día en que se deja de hablar de él. Pero igual que no es el momento para una cosa, siento que tampoco lo es para la otra. Nadie mejor que yo sabe cuando será ese momento. Desde luego que ahora no, aunque no por ello dejo de escribir sobre eso.
Un abrazo, felices fiestas y ójala nos veamos allí.
Saludos.