11 de Julio de 1908

Recuerdo la primera conversación, a solas, frente a la brisa marina de una noche de nervios, palabras entrecortadas y miradas que desnudaban el alma. La primera vez que pronunciaste mi nombre con tus aires sureños y me dije que aquella debía ser la única voz autorizada para nombrarme. Transformaste en música una a una las letras que lo componían y quedé embriagado de la dulzura de tus labios llamando. El juego de sonrisas y disimulos al ser conscientes de que algo fuerte estaba naciendo en el desván empolvado de nuestro pecho y nosotros, envueltos por la magia del momento y la timidez del primer encuentro, escondíamos mordiendo palabras y disimulando suspiros profundos con bostezos. La luna en cuarto creciente abrazaba el instante y brillaba en mis ojos despiertos al saberse observados. Después llegaron las primeras caricias disfrazadas de roces involuntarios hasta que, entre manos que sólo buscaban entrelazarse y bocas que ardían en deseos de susurrar directo al oído, un giro inesperado terminó en el beso anhelado. Punto de partida de la locura; la perdición de saberme totalmente vendido a la merced de tus labios. Y hasta hoy, justamente hoy, un ¿siglo? después, trato de encontrar la manera de desengancharme, pero besarte se ha convertido en el mejor de mis vicios.

Y es que Sucede Que Hoy parece un siglo...

4 comentarios :

Anónimo | 19:05

Muy bonito de nuevo, hace que te introduzcas de lleno en esa "primera vez" con una pareja que todos hemos vivido alguna vez...si, puede que haga ya un siglo...pero el desván de nuestra memoria siempre sigue vivo...

Gracias, el mejor regalo de cumpleaños!jeje

Un beso

Pablo Martín Lozano | 22:39

Hola Izaskun! Encantado de leerte de nuevo por aquí.
Me alegro de que te haya gustado y te hayas introducido en la historia de ese primer encuentro.

Muchas felicidades y que pases un buen día.

Besos!

Encarni | 00:32

Buenas noches Pablo. Pues si, parece que ha pasado un siglo desde aquel primer beso, de aquella primera "cita", del primer adiós... Historias que se repiten en cada uno de nosotros a lo largo de los años, diferentes actores para un mismo papel. Pero que bonito es poder recordar todo aquello.

Mil besos.

Pablo Martín Lozano | 00:46

Hola Encarni, cuánto tiempo sin tus palabras.
Gracias por comentar.

Realmente este post es de un recuerdo cercano -si es que se puede considerar recuerdo- aunque está totalmente vivo. El adiós del final es un adiós "por un día", no definitvo. En cualquier caso ya sabes que cada cual hace el texto suyo. Yo sólo propongo.

Un beso fuerte.