Trascendí

Y allá en lo alto del monte, en aquel rincón escondido a los ojos del mundo, en aquel remanso de paz y tranquilidad sólo distraída por el sonido de los pájaros y el viento, encontré el lugar idóneo para sentarme a meditar y perderme por las sinuosas calles de mi pensamiento más profundo. Justo allí, en la piedra más lejana, en el pico que asomaba por encima de la nada que se abría bajo mis pies, tomé asiento y me preocupé sólo de respirar. Sentía cómo el aire penetraba suavemente en mi interior y se distribuía por mis pulmones, al tiempo que la sangre oxigenada corría por mis venas repartiéndose veloz por cada uno de los músculos de mi cuerpo. Poco a poco iba tomando conciencia de cada uno de ellos y notaba cómo se distendían, cómo se relajaba hasta el más mínimo centímetro de piel. El latido de mi corazón comenzó a ser audible y su lento ritmo me hacía caer en una relajación profunda que borraba cualquier pensamiento de la mente. Creí enraizarme con la tierra sobre la que descansaba, conectar con la armonía del lugar y viajar lejos, muy lejos, flotando en el aire sin esfuerzo ni voluntad, colgado de unos hilos de luz pura que se descolgaban desde más allá del cielo. Ahora podía divisar todo a vista de pájaro. Las casas a lo lejos, los coches, los árboles, el río, las diminutas personas que se movían con una velocidad frenética allá abajo y hasta pude verme a mí mismo, sentado sobre la roca, con los ojos cerrados y un haz de luz de muchos colores envolviendo mi figura. Entonces fue cuando entendí que había trascendido, que había logrado desprenderme hasta de mi propio ser terrenal y mi esencia había salido a instruirse por su cuenta, mientras el cuerpo permanecía a la espera del regreso para retomar el camino. Y mientras descendía de nuevo dispuesto a ocupar mi propio cuerpo, alguien me dijo desde un lugar remoto, que yo era esa casa, esos coches, esos árboles, ese río, esas personas diminutas y ese aire y ese cielo y ese tiempo y esa nada. Yo era yo y todas las partes de mí que habitaban en los demás. Yo era yo y la porción de unidad de todo cuanto pudiera conocer. Y después de la lección, volví a abrir a los ojos y me vi tumbado en mi propia habitación, sobre las sábanas revueltas y las tres de la madrugada mostrándose en el reloj.

Y es que Sucede Que Hoy viajé de nuevo en sueños...

8 comentarios :

Anónimo | 21:24

"Y ya no hay vuelta atrás, me has mirado, he pasado a ser una víctima más de tus encantos. Una presa que se rinde ante el atractivo de tus pasos. Un iluso más que cada noche soñará con el imposible roce con tus labios." que bueno es esto...

Hola Pablo ya extrañaba leerte hoy me agrado demasiado ese pedacito, y es que siempre pasa, además esa imagen:soledad, creo que así se llama yo tambien la tengo desde hace mucho, gracias por campartir lo que escribes.

Besote
Marlene

Pablo Martín Lozano | 21:34

Hola Marlene, me alegro de que te gustara ese fragmento. Es cierto lo que dice; fue caer en la trampa, en el laberinto sin salida de su mirada y uno queda hipnotizado de tal manera que no le queda más opción que la de rendirse.
Compartir lo que escribo es compartir lo que siento.

Besos y gracias.

Anónimo | 22:49

La mente es el único espacio sin límites... si uno lo quiere. :)

Besos desde muy lejos.

Pablo Martín Lozano | 22:54

Hola Michele, totalmente de acuerdo contigo y, además, es de los pocos espacios realmente propios.

Besos lejanos.

Anónimo | 02:34

Préstame esta noche esa piedra, déjame sentarme alli, sola, sintiendo ese aire por mi piel, dejando la mente en blanco. Quiero escaparme a ese sitio donde todo lo que me rodea sea simplemente YO, y no porque no necesite a nadie sino porque tengo mucho que conversar conmigo misma.

En una ocasión en cierto post te hablé de "mis curas de silencio", en las que me tumbo, me relajo y dejo que todo fluya en el más riguroso silencio y tras un rato me siento renovada. Hace demasiado tiempo que no lo practico y ya lo voy echando de menos. Supongo que solo tengo que volver a encontrar un momento, aunque no es siempre fácil...

El lindo sonido de la lluvia, del que puedo disfrutar esta noche en Cádiz, seguro que me ayudará a dormir más relajada.

Espero que ese sueño te hiciera empezar el dia con las pilas recargadas.

Mil besos.

Pablo Martín Lozano | 13:50

Hola Encarni. Mi recomendación es que saques tiempo de donde sea para poder conversar contigo cuanto antes. Dejando de lado los problemas que puedas tener y quieras poner en cuestión, lo cierto es que los días en los que vivimos requieren de cierta reflexión. Es buen momento para recapacitar y plantearnos todo desde el principio. Y ahora paro ya que parezco tu horóscopo.
Que vaya bien ese rato, yo te presto mi piedra.

Besos.

...................................... | 21:40

hace tiempo ya... cuando me inice en reiky... mis maestros me dijeron que ideara un lugar... que imaginara... un lugar propio, lleno de mi, donde ir cada vez que quisiera encontrarme... llenarme de energía... cerre mis ojos y deje que mi alma flotara, mas alla de los muros, de las ciudades, mas alla de la musica... hasta de mis pensamientos... y fui adentrandome en mi humanidad... en cada sentimiento.. en cada una de mis lagrimas y me sumergi en ellas...ahogandome y me deje caer...empapandome,... senti el miedo ... paralizante... congelandome los huesos, punzante y temblando di el primer paso... senti la verguenza sonrojandome ... mi fragilidad pareció quebrarse estallando mi piel... un dolor agudo se clavo en todo mi ser...recorriendome... y segui... camine lentamente... podia palpas la vida.. en el aire, ecos ancestrales ... enle cielo, un azul profundo... y mi pequeñez desplagandose... los ultimos rayos del sol me acariciaron... y senti paz... blanca, puramente colmada de silencios... de mañanas... de lunas... me sente a contemplar el universo y su magia infinita... todo el amor me erizo la piel, acariciandome... era mi escencia infinita... niña, mujer... mi humanidad encendida...y la luz me estremecio...


...dicen que el universo escucha los deseos mas profundos del alma... y pedi... pedi con todo mi ser... "poder trascender"...

y fui feliz...

hay dias... donde vuelvo... y veo el mismo sol... y la misma luna... aunque distintos... como yo... que ya no soy la misma... porque la vida nos modifica... nos cambia... nos desvela...

y vuelvo, y pido otra vez... aquel deseo, y me siento a mirar... a SER... y permanezco mas alla de todos los limites...

y sueño con poder cumplirlo... y honrrar al universo si me lo concede...

besitos pablo... creo... que si lo creemos... alli podremos vernos...

Pablo Martín Lozano | 04:11

Hola Vicky: Ojalá todo el mundo encontrara a lo largo de su vida ese camino que describes con tu habitual dulzura. Un lugar en el que desconectar y volver a conectar con uno mismo, sintiendo que sólo él es dueño del instante. Me gusta la idea del encuentro en tal lugar si ambos lo deseamos, es cierto lo que apuntas del universo.
De nuevo y como siempre un placer leerte.

Besos.