Sobre Aquellas Mismas Huellas

Pisar aquel lugar me traía de inmediato el recuerdo de aquella vez en la que te sorprendí con una visita relámpago sin más motivo, que el de susurrarte un te quiero desprevenido. Me había cruzado de parte a parte la ciudad sólo por compartir contigo un par de minutos que me endulzaran lo que quedaba de día. Te busqué por todos los rincones, pregunté, caminé y hasta corrí al saber que te quedaba muy poco tiempo para retomar las clases. Fue bonito regalarte aquella sorpresa, como bonito fue el beso con el que me la agradeciste. Pero de eso ya hacía mucho tiempo y, de nuevo en el mismo escenario, me sentí frágil y sin rumbo. Ya no tenía que buscarte, ni que preguntar, caminar o correr; ya no tenía siquiera que decir te quiero a unos oídos ahora sordos y desviados. Volver a pisar los adoquines por los que aquel día caminé con tanta energía y devoción me producía una sensación de despecho al compararlo con la desgana con la que entonces me movía. Y entretanto por mi cabeza rondaba el deseo de encontrarte de nuevo allí, entre la multitud. Sería tan fácil un descuido, un choque fortuito hombro con hombro ahora que me movía por los mismos lugares en los que solías estar... Tal vez me viste en la distancia y trataste de escapar de mi presencia por miedo a un reencuentro desprevenido, a un intercambio de palabras sin un guión preparado en el que, como ya hiciste, disfrazaras las palabras afiladas con algodones de color. O puede ser que simplemente cada uno comenzara a caminar en el sentido contrario al otro sin recaer en su presencia. El caso fue que no te vi y sin embargo aún guardo el presentimiento del reencuentro. Como si se acercara el momento de volver a escuchar tu voz; como si el destino y la vida se aliaran de nuevo con el tiempo para provocar nuestro cruce aparentemente casual. Será que es tiempo de regresos, de que todo vuelva a empezar. Será que septiembre acecha y tu ausencia no se debe prolongar.

Y es que Sucede Que Hoy fuiste una vez más presa de mi recuerdo...

5 comentarios :

Anónimo | 10:54

Sucede que anoche escribiste mi historia. En mi caso la intuición funcionó y el encuentro se produjo,aunque afortunadamente de lejos. Ni siquiera cruzamos nuestras miradas, pero nos vimos.

Llevo haciéndome a la idea desde hace semanas, para que nada me pille desprevenida, para que mi corazón, llegado el momento, no se hiciera pedacitos. Por suerte, el encuentro no me causó daños graves.

Resultó tan raro... pasar uno junto al otro... como dos completos extraños después de tanto dias compartiendo momentos inolvidables...

Te he comentado alguna vez que los cambios no tienen por qué ser buenos o malos, simplemente hacen que las cosas o circunstancias sean distintas, pero en este caso estoy segura de que será para mejor.

Te parecerá una tontería pero cuando me identifico tanto con tus historias haces que no me sienta sola, gracias...

Un besote.

Pablo Martín Lozano | 23:37

Hola Encarni... Esa es la magia de este sitio (que cada día me sorprende más a mí mismo...). Escribo algo y al día siguiente hay algún comentario de alguna querida lectora (suele ser mujer) que se identifica con lo que escribo y, de alguna manera, hace suya la historia. Me encanta ese cierto aire profético totalmente involuntario. Me alegro de que tú tuvieras tu reencuentro, yo mientras sigo esperando el mío. Encantando de convertirme en compañero cuando lees mis palabras.

Besos.

Anónimo | 21:43

no me deja escribirte :( probandooo

Anónimo | 22:05

Por fin...llevo tiempo sin poder dejar rastro de mi paso por aqui,no me lo permitia la pagina,sin embargo sigo leyendote y volando con esas historias que relatas, me encanta cuando escribes en poesía,un artista en la materia,ademas leer y poder encontrarte con una imagen de alguna situacion que pueda haber vivido en mi propia piel.Gracias,Un abrazo.

Gise

Pablo Martín Lozano | 22:56

Hola Gise, muchas gracias por no desistir y lograr dejar tu comentario, te lo agradezco de verdad. La verdad es que en muchas ocasiones me apetece rimar y buscar la palabra exacta que describa lo que siento en ese momento. Gracias por lo de "un artista en la materia", es todo un honor leerlo.
Gracias a ti por escribir.

Besos.