Promesas Al Tiempo

Ayer tuve una larga y profunda conversación cara a cara con el Tiempo. Los dos acudimos puntuales a la cita en el lugar convenido -permítanme no desvelarlo- y todo transcurrió con normalidad. Al llegar, y después del cordial saludo que nos brindamos, entramos en la estancia que esperaba nuestro encuentro. En el centro de la sala, una mesa ovalada de cristal y aluminio de aproximadamente dos metros y medio, ocupaba el interior de una zona pavimentada en mármol gris y delimitada por una cenefa azulada con motivos florales. En uno de los extremos de la mesa, un elegante sofá ergonómico de formas futuristas esperaba ser ocupado por uno de nosotros dos. Amablemente ofrecí el puesto al Tiempo, pero sin dejarme siquiera acabar de hablar, me dijo que me acomodara yo, pues Él no podía permitirse el lujo de estar parado, apoltronado en un sofá, ya que mucha gente dependía de Su movimiento en todo momento. Así que allí estaba, sentado y con los brazos sobre el frío cristal de la mesa, mientras Él danzaba de parte a parte de la habitación sin detenerse ni un solo instante.
Comenzó el diálogo y pronto entablamos una conversación distendida sobre la importancia que Él había ido adquiriendo con el paso de los años y de manera más notable desde la entrada del presente siglo. Él comentaba que, en ocasiones, llegaba a agotarse de tal manera, que se veía obligado a detener Su función y para ello esperaba hasta verano, donde los días parecían estirarse más, y así Su breve parálisis se tornaba casi imperceptible para cualquier ser humano. "Ser humano" -recalcó, ya que los animales, más sagaces que las personas para los asuntos naturales, se alborotaban ante la percepción del caos momentáneo y ladraban, maullaban, mugían, piaban o relinchaban todos a una, mientras duraba Su breve descanso.
Y en una de aquellas, una vez había logrado llevar la conversación al terreno que más me convenía, decidí afrontar la cuestión clave que había motivado aquel encuentro de carácter urgente. Sin más dilación, armado de valor y sin marcha atrás, Le planteé mi petición acerca de la posibilidad de acelerar Su curso de manera notable apenas quince días, que eran los que me separaban de las ansiadas y merecidas vacaciones. Estaba deseando que llegara todo lo bueno que el verano me tenía reservado y así se lo hice saber. Perplejo ante mi sugerencia, el Tiempo me miró fijamente a los ojos con un semblante serio y permaneció así cinco eternos y angustiosos segundos -juraría que había utilizado alguno de Sus trucos porque a mí me parecieron horas- y después, sin apartar la vista, esbozó una amable sonrisa y dejó escapar un suspiro de complicidad. Sonriendo, Se acercó hasta mí y a sólo un metro de distancia, tomó mi mano y dijo:
"Estaré orgulloso de ayudarte, siempre que prometas que vas a aprovechar al máximo cada instante de ese esperado verano y si nunca, y digo nunca, más vuelves a dudar de mi naturaleza medicinal, útil para enfermedades del corazón provocadas por un amor roto."
Dicho esto, soltó cuidadosamente mi mano, se despidió con cortesía y abandonó la sala.

Y es que Sucede Que Hoy hablé con el tiempo...

12 comentarios :

Anónimo | 02:29

Me parecen fascinantes tus post,llegue a el sin saber como,sin conocerte,no dude un instante despues d leer varios en agregarte a favoritos y desde entonces no pasa una noche sin que lea tu flog introduciendome en cada historia e incluso en muchos casos has plasmado una situacion actual de mi vida,bueno la hora no me permite extenderme mas animandote a que sigas escribiendo con tanto sentimiento...y es que sucede que hoy senti necesidad de escribirte y agradecerte q brindes la oportunidad de ver las cosas desde otra perspectiva...un saludo!Gise

Anónimo | 11:27

La verdad es que no hacemos otra cosa que correr, desear que pase el tiempo. Pensamos siempre en el futuro, porque deseamos ver nuestros sueños cumplidos, siempre con la pregunta en la boca de... ¿Qué ocurrirá?...forzando el tiempo.
Tal vez esas prisas, y esas ganas de averiguar son las que nos caracterizan a los jóvenes. Y aun con toda la intensidad que le dedicas a tu día a día, piensas que lo podrías haber aprovechado mejor.
No se, es bastante contradictorio. Yo creo que lo importante es que tú conduzcas al tiempo, y que no te dejes llevar por el….
Un besito, de una estudiante frustrada. Que cuenta los días que le quedan para poder disfrutar de su libertad:) animoo!

Pablo Martín Lozano | 14:25

Gise: Encantado de conocerte y de que te pases cada noche por este rincón, como dices. Acojo tus ánimos y te agradezco el comentario. Estaré encantado de recibirlos cada vez que lo hagas.
Un saludo y que sigas disfrutando.

Mar: El estudiante frustrado que suscribe estas líneas te desea la misma suerte y ánimo para que todo salga bien y acabe pronto. El tiempo está de nuestro lado, el de los jóvenes que dices. Aprovechémoslo para hacer grandes cosas.

Un beso y gracias :)

Lunettas | 19:53

Cuantas veces no quisiéramos retroceder el tiempo a nuestro antojo, cuantas veces no quisiéramos cambiar algo sucedido a nuestra conveniencia.

Pero pues justo con el tiempo he aprendido a pensar, que todo hay que dejárselo al tiempo mismo... como dice el famoso dicho aquel darle tiempo al tiempo -(Todo lo que pudiéramos cambiar arruinaría, todo lo que ya paso' y viceversa e incluso y muy posiblemente cambiaria el curso completo del universo)- Esperar que este decida lo que es mejor para nosotros o de lo que debemos aprender o en su defecto lo que simplemente debe pasar desapercibido.

Besos
Ishhh *_^

Anónimo | 19:54

Tiempo... cuantas veces hemos hablado de él. Hay momentos en los que deseamos que el reloj se pare, para hacer esos instantes eternos y en otros... sin embargo, queremos darle cuerda para que pase más deprisa.

Y aunque comparto contigo la opción de acelerarlo un poquito estos 14 dias que te quedan, se que todo pasa. Ahora queremos acortarlo, pero nunca has dicho el dia antes de un examen "qué bien me vendrían dos días más"...

Lo mejor del tiempo es que siempre es constante... imparcial, tanto en los momentos buenos como en los malos.

Yo hace tiempo que dejé de dudar de su utilidad para curar las enfermedades del corazón, de hecho creo que es el único que puede hacerlo.

Besos.

Pablo Martín Lozano | 20:10

Entre vosotras toda una extensión azul de miles de kilómetros, un desconocimiento absoluto la una de la otra, culturas diferentes, nombres, edades, todo diferente...
Sin embargo me escribís un comentario con un minuto de diferencia y que comienza de la misma manera: "Cuántas veces..." Curioso, cuanto menos.

Lunettas: También pienso que el pasado debe permanecer así, siendo pasado, y el cambio no debe producirse en él, sino más bien, hacer de nuestro presente algo de lo que estar orgulloso para cuando pase a formar parte de nuestro pasado no queramos cambiarlo.
Es cierto que cambiaría el curso del universo; lo más insignificante acarrea siempre consecuencias de las que no somos conscientes.
Gracias por seguir ahí con tus sesudos comentarios.
Besos!

Encarni: Comparto contigo lo de la imparcialidad y constancia del tiempo, pero la humana es una especie eternamente insatisfecha; de ahí que siempre pensemos que podía mejorarse algo. Posiblemente si no fuera así de constante, la queja vendría de su falta de constancia. Es así. Somos así.
Lo cierto es que espero que, al menos, se me pase rápido y se haga corto.
Un beso.

Anónimo | 20:26

Pues si, cuanto menos curioso. Me gusta pensar que es parte de la magia del destino... El dia que eso deje de sorprenderme, la vida perderá parte de su encanto.

Lunettas, un verdadero placer coincidir contigo en este fantástico "universo" en el que cada dia Pablo coloca una nueva "estrella"... esas mismas que tantas veces me han ayudado a ver el camino con un poquito más de claridad o me han hecho reflexionar sobre muchas cuestiones.

Pablo... ¿Te has dado cuenta de cuántas cosas consigues con unas palabras?... Haces magia ;)

Mil besos.

Lunettas | 20:33

Si, bastante curioso, pero definitivamente no imposible !!!
2 corazones , mas 2 mentes , 2 pensamientos 2 vidas pueden estar juntas a traves incluso del atlantico mismo.

Besos
Ishhh *_^

P.s Saludos a Encarni(quizas nos conocemos de alguna otra vida o de algun otro mundo). jiji

Pablo Martín Lozano | 20:36

La vida perderá casi todo su encanto -¿TODO su encanto?-.

Me encanta esa categoría de repartidor de estrellas que me has otorgado y sobre todo la de iluminador de caminos, si es que puede llamarse así. Es precioso leer algo así de ti, de lo que haces.Y por si tenía poco, mago de las palabras, o con las palabras.
Muchísimas gracias. No quepo en mí.

Dos Mil Besos

Pablo Martín Lozano | 20:43

Y en ningún sitio mejor que en los comentarios de justamente este post, para decirte Lunettas, que eso sólo el tiempo lo dirá.
Las dos sentís la vibración del universo. Las dos, según me dice mi intuición, bailáis al son de lo eterno.
Tú, ella, yo, el Atlántico...¿no somos acaso parte de lo mismo?.
Para los más católicos, diré que no hablo de Dios, no de su Dios.

Besos de nuevo y que siga la magia.

Lunettas | 21:56

De nuestro dios !!! ... la prosa, lo eterno, el infinito quizas o talvez mas alla'???

Besos
Ishhh *_^

Pablo Martín Lozano | 00:30

Quizás.
Tal vez.
;)

Besos.