Noche Mágica, Noche Trágica

Solía pensar que la noche de San Juan era la más corta del año, hasta que hoy comprobé que puede convertirse en la más larga, sin apenas cambiar de disfraz. La más larga porque millones de recuerdos vienen a visitarme mientras la nostalgia se cuela por el ventanuco que da acceso a mi corazón; debí olvidarme de cerrarlo anoche. Memorias con sabor a alegría y miseria, a luces y sombras, que simultanean su aparición mientras el cielo se va tiñendo cada vez de un negro más pardo. Es más tarde de lo normal, pero la oscuridad llega, siempre llega, de la misma manera que el alba, que más tarde o más temprano se pasea por el firmamento diciendo adiós a las estrellas. La luna es fiel reflejo del estado que corroe mi interior en una noche como esta y es por eso que hoy sólo se ha atrevido a salir a medias al vasto escenario de la noche, ocultando su otra mitad en el rincón donde los astros se retiran a llorar. En ocasiones pienso que a mí me ocurre igual; que en días así salgo a pasear y me falta la otra mitad, me faltas tú para ser la unidad. Y entre todos los recuerdos que se agolpan uno reluce sobre los demás. El que me trae las imágenes de hace exactamente un año, en la arena, sentado y con tu cabeza apoyada en mi hombro mientras el mar, iluminado por la llama de una hoguera cercana, se abre en calma frente a nuestro ojos. Los besos de aquella noche eran más dulces de lo normal, tus manos acariciaban con más suavidad de la habitual y tus ojos brillaban como lo hacía la luna reflejada en el mar. Era la magia de una noche como en el año no hay otra igual, con su magia, el fuego y los deseos que arden y con el viento se van. Hoy sin embargo la única magia presente fue la del rumor lejano del mar en mitad de la ciudad; las únicas llamas las que ardían en mi pecho alimentadas por rastrojos de mi rabia y soledad; y el único deseo el de tenerte a mi lado y volver a respirar. Porque en noches como la de hoy te llevaría a una cala desierta, apartada de la civilización, con arena virgen para tumbarnos y contar estrellas como nadie pudo jamás y penetrar en el hechizo de la noche de San Juan, rodeados por las olas, los reflejos de la luna y la danza de dos cuerpos que no dejan de vibrar.

Y es que Sucede Que Hoy sólo fue una noche más...

6 comentarios :

Anónimo | 19:30

El tiempo te hace ver que son las personas las que hacen que los momentos sean especiales, da igual el dia, la hora, el lugar... solo ellos. Pero es inevitable asociarlo a una fecha en el calendario. Y cuando vuelves a vivir esa misma fecha sin su compañía, recuerdas la magia que ya sentiste y como bien dices, se vuelve en una "noche trágica".

Pero bueno, al menos recordar esos momentos nos hacen sentir que en ciertos instantes hemos estado muy muy muy vivos.

Hay que seguir caminando para que la vida nos vuelva a ofrecer instantes tan llenos de magia.

Mil besos.

Pablo Martín Lozano | 21:34

Hay que seguir caminando como dices, Encarni, y en eso estoy, haciendo camino al andar -que diría Machado-, y a lo que añado "aunque es imposible no echar la vista atrás".

Anoche pude comprobar que alguien, una simple persona entre mil, puede hacer que una noche tan mágica pierda todo el hechizo que se le presupone.
Como aquello que decía algo similar a "la soledad es estar rodeado de gente y sentir que me faltas tú".

En fin, ya sólo (jeje) quedan 364 días para que vuelva a estar frente a frente con la luna en esa noche; lo importante será ver si son dos ojos los que la miran, cuatro, o ninguno porque esos cuatro se miran entre ellos sin importar nada más.

Besos.

Anónimo | 20:31

Es increíble cómo un texto puede provocar tantas emociones en una persona. Cada vez que leo tus escritos me emociono y siento que lo que yo no puedo expresar con palabras tú sí lo haces.

A ver si el próximo año durante la noche de San Juan ves las estrellas reflejadas en los ojos de otra persona.

Nunca dejes de escribir.

Pablo Martín Lozano | 20:37

Hola Anónimo. Lo primero gracias por tus palabras. Aprecio el hecho de que mis escritos te emocionen, siempre digo que estas muestras son lo mejor que puede ocurrirle a quien escribe.
Dejaré de escribir el día que el mundo deje de girar, ¿Te va bien así? Jeje, es broma.
En fin, lo dicho, que muchísimas gracias, que espero que sigas disfrutando y emocionándote y que, si te parece, me hagas saber quién eres.

Un saludo.

Anónimo | 20:55

Soy Noelia, estudiante de traducción, malagueña y seguidora tuya desde que un día por casualidad leí una de tus filosofadas.

Y bueno, espero que el mundo no deje nunca de girar ;)

Pablo Martín Lozano | 21:08

Pues encantado Noelia. Espero que aquí sigas encontrando un rincón en el que perderte un rato cada vez que te apetezca, porque creo que eso de que el mundo pare de girar...no entra en los planes más próximos.

Bienvenida y gracias. Comenta siempre que te apetezca.

Besos.