
Hoy quisiera entregarme en palabras de alabanza y elogios al infinito significado del
RE. Y no hablo de la nota musical que armoniza partituras e inunda de color los pentagramas de las mejores piezas musicales. Me refiero a todo el significado que puede llegar a englobar un prefijo tan rico y profundo recogido bajo la apariencia de dos inofensivas letras.
REmemorar instantes perdidos, amores lejanos, poemas dormidos.
REinventar besos prohibidos, caricias olvidadas, susurros vacíos.
REctificar pasos errantes, decisiones inoportunas, actos oscuros.
REdescubrir rincones sagrados, pasiones furtivas, paraísos despojados.
REspirar aires de libertad, vientos de tierra, aromas de sol y mar.
REcuperar silencios eternos, miradas esquivas, ilusiones arrinconadas.
REcapacitar sobre la amada vida, la temida muerte, la odiosa ira.
REalzar las ganas hundidas, el fervor de un nuevo día, el valor de una sonrisa.
REdefinir conceptos en desuso, ideas del pasado, dogmas ahora cojos.
REbelarse ante las injusticias, la moral clandestina, los estigmas del poder.
REconocer verdades dolorosas, mentiras piadosas, errores fraguados.
REactivar los sueños de niño, las aficiones infantiles, los deseos inhibidos.
REcorrer sendas ocultas, caminos de ida y vuelta, veredas vírgenes de huellas.
REcitar cantos de amores apagados, amores en espera o amores entregados.
REhacer momentos deshechos, castillos de viento, jirones de sueños.
REconquistar afectos ardientes, amores latentes, almas candentes.
REsucitar en un abrazo envolvente, un encuentro, un silencio frente a frente.
Porque en el
RE se aprecia la evolución y el avance, el progreso y la voluntad de mejorar. La posibilidad de
volver a, de brindar una nueva oportunidad. De sentir de nuevo que puedes, que debes, que sólo en tu mano está la posibilidad. Que ríes o llores, un nuevo día espera con mucha luz para regalar.
Y es que Sucede Que Hoy renazco, revivo, muero y resucito de nuevo...