Pongamos que Hablo de Madrid...

Pongamos que Hablo de Madrid...

Una ciudad que simboliza un sueño y una ilusión; la de cuatro amigos en un apasionante viaje hacia la plena diversión. Maletas, coche, carretera y expectación. Expectación ante la duda de cómo llenar las horas que durará su éxodo, o mejor, de cómo sacar tiempo para todas las tareas a realizar en el poco lapso. Será momento de reencontrarse con el sentimiento de la amistad, de la libertad. Reencontrarse con la extraña sensación de cuando uno está en una ciudad que no es la suya pero con gente a la que quiere, con amistades separadas por la distancia, con el aire a festividad.

350 kilómetros que separan la rutina del frenesí. Mil y una historias que quedarán custodiadas bajo las calles de una ciudad con sabor a capital. Será tiempo de fortificar la polis para no dejar escapar ni uno solo de los secretos que durante el próximo fin de semana van a tener lugar. Millones de momentos, risas, bromas y comentarios que bajo estricto juramento quedarán ahogados para siempre sólo en nuestro recuerdo.

Se acerca el momento y la sangre comienza a hervir. Nervios porque llegue el esperado día que no hará más que dar inicio a otros dos que, a su vez, colmarán una semana espléndida.

Se ruega a los señores pasajeros que abandonen la vergüenza antes de subir a bordo de nuestro convoy y se relajen. Sólo tienen que andar provistos de una buena dosis de ganas de pasar dos días repletos de diversión y recreo. Disfruten del viaje.

Y es que Sucede Que Hoy quise anticipar emociones...