Escribir sin Escribir

Hoy es uno de esos días en que no sé qué publicar. Podría escribir acerca de mi día de compras frenéticas viendo que la cuenta atrás no se detiene y sigo sin ni siquiera saber qué pedir/comprar. O también podría escribir sobre la entrada en el nuevo año, o sobre la despedida del pasado, o tal vez sobre la luna de esta noche, o simplemente sobre que no sé sobre qué escribir hoy. Y me decanto por lo último. No estoy obligado a nada y sin embargo ese eco rimbombante que padecemos todos los bloggers cuando no escribimos, se vuelve incesante si mis dedos no acarician las teclas esta noche.

No obstante nada es en balde. Incluso el hecho de no saber qué escribir me lleva a pensar que eso mismo puede convertirse en el tema central de un artículo. Es como aquello de que hasta la no elección se convierte en sí misma como elección al elegir no elegir. ¿Lioso?

El caso es que aquí me encuentro, envuelto por la madrugada, la tenue luz de la lamparilla que alumbra el teclado del ordenador y unas manos temblorosas que no saben si "a", "b" o "c".
Con la de cosas que le suceden a uno en el día a día -el nombre de esta bitácora tiene mucho que ver con esto- y pese a todo escribo sin escribir.

En momentos como este me encantaría poner en práctica lo que, bajo el nombre de escritura automática, algunos escritores de Vanguardia realizaban continuamente. Debe resultar interesante sentarte frente a un folio en blanco -aceptamos pantalla en blanco- y escribir lo primero que se te pase por la mente -y no valen enmiendas-. Seguro que algo se saca en claro y si no, siempre nos quedará alguna teoría del psicoanálisis que interprete las líneas que hayamos escrito -y no sólo reprimidos deseos sexuales-.

En fin, creo que la próxima vez que me encuentre en esta situación lo probaré y a ver si tengo suerte y entre los lectores hay -además del que pierda el tiempo leyendo el artículo al que desde ya pido disculpas por adelantado- un Freud que pueda interpretar lo que escriba.

Y es que Sucede Que Hoy de la nada surge un algo...

2 comentarios :

Anónimo | 02:54

Yo también suelo escribir por escribir... sobre todo cuando no puedo dormir y mi mente se llena d cosas sin importancia, de cosas que me pasan durante el dia que solo pienso cuando llega la noche...que no se qué tendrá, pero es cuando más me inspiro, hasta para no escribir nada.
buenas noches :)

Pablo Martín Lozano | 03:00

Es la magia de la noche; la magia de la luna...

Escribir es bueno, hasta cuando se hace sin motivo, sin tema prefijado, sin saber cómo vas a empezar y menos cómo vas a terminar.

Saludos