Musa De Sueños Efímeros

Acurrucado en la cama, envuelto entre sábanas frías que se deslizaban por la piel descubierta y un pijama arrugado, deliraba entre retortijones de dolor y muecas de desesperación por los pinchazos que acechaban mi estómago. A ratos desvelado y otros rendido por el sueño pese al juego al que me tenía sometido, mis pensamientos volaban sin distinguir la realidad de lo imaginado. Por momentos perdía la noción de mí mismo y me veía flotando por la habitación, mientras observaba mi cuerpo tendido y encogido sobre el colchón. Una parte de mi cerebro me decía en susurros que aquello estaba siendo un viaje astral, mientras que la otra, a gritos, me alejaba de la idea diciéndome que sólo estaba vagando entre sueños y alucinaciones. Viajé a rincones hasta entonces desconocidos, caminé por bosques habitados por la niebla y la oscuridad, navegué por un océano de arena blanca y finalmente aterricé en una casa desconocida. Las paredes lisas de colores pastel albergaban la vida de dos personas que desconocía. Una criatura de apenas un par de meses jugando a ser mayor con reflexiones silenciosas que dejaban sin habla al resto de presentes. Lo curioso es que en ningún momento articulaba palabra y ni siquiera le era necesario abrir la boca para lanzar su mensaje claro. Sin embargo, no fue la presencia de ese extraño y diminuto ser el que me hizo recordar el sueño. A mi lado, sentada en el sofá, un ángel encarnado en cuerpo de mujer pasaba su mano por mi cara al tiempo que con su suave y fina voz femenina se dirigía a mí con tequieros y cariños. Su belleza desbordaba incluso al propio sueño. La estampa de su rostro quedó grabada en mi mente de tal forma, que todavía ahora, casi un día después, la imagino y se me ponen los pelos de punta. Siento rabia de no haber podido capturarla y sacarla de mi mano de aquel sueño hasta la vigilia del amanecer siguiente. Rabia de no haber elegido la opción de haberme quedado a vivir en aquel sueño, prisionero del amor de una musa que encendía mis sentidos. Y con ella a mi lado y la pequeña criatura entre mis brazos, he amanecido hoy envuelto en dolores del cuerpo y del alma. Los unos por un virus; los otros por el fin de un sueño del que jamás hubiese querido despertar.

Y es que Sucede Que Hoy soñé con quien desde hoy será mi musa...

10 comentarios :

Anónimo | 15:29

Hace tiempo caí por casualidad en tu blog. Hoy me has atrapado.
Mi más sincera enhorabuena.

Vera

Pablo Martín Lozano | 15:35

Hola Vera. Muchas gracias por tu comentario. Ojalá pueda seguir escribiendo historias que te logren atrapar.

Saludos.

Anónimo | 16:34

Seguro que puedes, todas las que he leido lo han conseguido.

Pablo Martín Lozano | 16:43

Gracias de nuevo, Vera.
En tal caso, comenta siempre que te apetezca porque es un placer recibir vuestros comentarios.

Saludos.

Encarni | 18:41

Hola Pablo, hay cambios que siempre vienen bien. Tener una nueva musa seguro que nos reporta cosas buenas también a nosotros, porque ella te inspirará muchas historias. ¿Seguro que fué en un sueño?... Hay muchas musas de carne y hueso... Que te voy a contar, si tú seguro que eres un experto en eso, jeje.

Mil besos.

Pablo Martín Lozano | 18:57

Hola Encarni. Desgraciadamente sí, fue un sueño, muy real, pero sueño al fin y al cabo. De ser de carne y hueso lo dejaba todo por ir a buscarla al fin del mundo. Anoche lo volví a intentar, pero ya se había ido de mi imaginación. Ahora sólo queda un vago recuerdo. Es cierto que hay muchas musas de carne y hueso, aunque en lo de experto ya no comparto tu comentario, jeje.

Besos!

Anónimo | 22:15

Supongo que lo de que has estado malito no será literatura. Por lo tanto, vaya por delante que espero que te mejores muy pronto.
Si se leen con atención tus escritos sobre todo los emotivos, me atrevería a decir que esa musa de la que hablas existe, es presente y está muy cercana a ti. Son demasiado reales las expresiones de tus sentimientos como para creer que esa musa tan sólo perteneció al pasado o es solo un sueño de futuro.Me atrevería a decir, y quizás es muy atrevido, que alguien de carne y hueso, bella por dentro y por fuera es la que inspira esos relatos tan íntimos y tan llenos de belleza. Es sólo una suposición, pero si fuera cierto, supongo que algo te impide estar con ella. Cualquier circunstancia; pero los caminos que ahora discurren en paralelo,se tendrán que encontrar porque la fuerza de las emociones que nos transmites cada día, seguro que encontrarán el momento de vivirlas plenamente . Si esto fuera así, ten paciencia,y lucha por lo que consideres bello de vivir, y sobre todo sigue escribiendo para que sigamos sintiendo contigo día a día la belleza de las palabras y la belleza de los textos que como una hermosa canción nos despiertan cada día.
Hasta pronto.Es solo una suposición, quizás muy atrevida. Disculpa por ello.

Pablo Martín Lozano | 22:45

Hola Anónimo. No sé si eres la misma persona que hace bien poco dejó huella de su paso con un comentario que me intrigó. Por el estilo diría que sí. Sigo invitándote a desvelar el misterio de tu identidad; la intriga crece.

En primer lugar, tus disculpas no son necesarias, pues todo el mundo que entra aquí puede expresarse libremente y decir aquello que crea conveniente. Así que, por lo que respecta a tu "atrevimiento", como dices, tranquila (digo tranquila y no tranquilo no sé muy bien porqué, tal vez porque la mayoría de los que me dejan comentarios son mujeres y ya me han acostumbrado al femenino).

Me enfrento a la difícil situación de "desilusionarte", de alguna manera, ya que si es cierto que en muchos de mis escritos la verdad se lee entre líneas, en este particularmente no escondo mucho. Simplemente era la narración basada en un sueño que tuve la pasada noche, en el que ocurría todo lo que digo en el relato.
Y entre todas las cosas, destacaba esa persona que se me clavó en la imaginación, como la expresión de la belleza en forma de mujer perfecta. Desgraciadamente sí fue un sueño, como le digo a Encarni, de ser verdadera dejaría todo por ir a buscarla, pero esta vez tocó que fuera imaginaria.
En cualquier caso, esa "musa" se parecía físicamente a alguien real y cercana, como dices, porque recuerdo que en el propio sueño me di cuenta de ello.
Yo a vivir, que es lo que me toca,sin ni siquiera esperar, y disfrutar de cada regalo que me da la vida a diario; sea un color, un sonido, un abrazo o un comentario como el tuyo.

Gracias por tus palabras. Y sí, aciertas, lo de la "enfermedad" era verdad y todavía ando recuperándome. Pero ya estoy mejor.

Saludos.

Anónimo | 04:09

¡Maravilloso! Como bien dices hay veces que quisiera quedarme atrapada en mis sueños. No sé si eres más afortunado tú por haber soñado con tu musa o tu musa por haber compartido un sueño contigo.
Mejórate.

Besos

Pablo Martín Lozano | 11:34

Hola Noelia, muchas gracias por tu comentario. Ya estoy bastante recuperado, ahora sólo queda volver a la normalidad. Creo que el afortunado fui yo, aunque gracias por lo dicho!

Besos.