Luces Nocturnas De La Ciudad

Cerré los ojos y traté de recordarlo todo, mientras el sonido de las turbinas creaba un ambiente monótono sólo interrumpido por las voces de la pareja del asiento de atrás. Minutos antes había estado observando el anochecer a través del cristal de la ventanilla del avión, jugando a dibujar formas en las nubes tintadas de violeta y naranja por los últimos rayos de sol. Ahora ya la noche se cerraba y la ciudad mostraba sus afluentes de luces. Nada más cerrarlos, me vino a la mente la imagen de aquella primera tarde en la que conocí la convocatoria y enseguida vi la oportunidad para el éxito. Después recordé el gesto de ilusión en las caras del resto de los que formarían el equipo y la alegría que nos sobrevino a todos al comprobar que teníamos la oportunidad de demostrar lo que valíamos. Europa nos esperaba. De pronto, una de esas bolsas de aire que provocan el descenso del avión me sacó del recuerdo y abrí los ojos. A mi lado, el resto del grupo dormía con las cabezas apoyadas unas con otras. El esfuerzo había sido grande, la alegría lo había sido más, pero el cansancio nada les tenía que envidiar. Un sacrificio que había valido la pena. Cuando el avión se estabilizó, volví a cerrar los ojos y recordé la primera reunión. Aquella tormenta de ideas vírgenes, inocentes, casi sin sentido, que sin embargo iban dando forma a lo que después habíamos logrado transmitir. El desayuno de aquella mañana productiva, el intercambio de opiniones, visiones, alternativas; la felicidad cuando creímos dar con el punto fuerte a destacar; la manera de hacer llegar nuestro mensaje... Y recordé también las prisas de última hora, los retrasos, los problemas que todos hemos sufrido alguna vez cuando piensas que todo no puede ir peor, pero te das cuenta de que poco hace falta para que efectivamente vaya peor. La noche en vela previa, la mañana siguiente con ojeras, la alegría y explosión de felicidad cuando nos comunicaron el resultado y la emoción de hace siete días, a punto de coger el avión. Ahora todo aquel esfuerzo cobraba sentido. Unos dormían, otros recordábamos, pero todos sosteníamos el diploma ganador entre las manos. Bruselas nos decía adiós; Europa y el mundo entero no paraban de felicitarnos. Las puertas se abrían, de la misma forma en que lo hizo la botella de champán con la que celebramos el triunfo.

Y es que Sucede Que Hoy me adelanté a un escenario posible futuro...

10 comentarios :

Anónimo | 04:18

Espero que publiques otra entrada en la que no digas que "te has adelantado a un posible futuro escenario", sino que ese escenario ha sido realidad, presente y un buen recuerdo pasado.

Espero tener algún día un libro escrito por Pablo Martín Lozano entre mis manos, listo para traducir y que así el mundo entero conozca tu talento como escritor.

Besos!

Pablo Martín Lozano | 09:15

Muchas gracias Noelia. Ojalá se cumpla todo lo que dices porque sería una satisfacción y un placer para mí que se hiciera realidad.

Un beso y gracias por los ánimos!

Encarni | 01:16

Buenas noches Pablo. Yo ya te lo he dicho muchas veces, estoy segura de que eso sucederá... ¿ya no confías en mi intuición???

Permíteme que utilice tu frase estrella: "Sucede que hoy queda un día menos para tener tu libro en mi mesita de noche"

Un besote enorme.

Pablo Martín Lozano | 01:28

Hola Encarni, gracias por tu apoyo incondicional. Claro que confío en tu intuición, suficientes pruebas de ella he tenido.

Te cuento, este post lo escribí anoche porque conocí la noticia de que mi trabajo había sido seleccionado para competir a nivel nacional y de ahí viajar a Bruselas a presentárselo a la mismísima Unión Europea. Una campaña de comunicación de un año. Y con el post me adelanté a esa posibilidad, sabiendo que con esta primera victoria, ya se cubren nuestras ilusiones. Ahora a luchar por la victoria final.

Besos! Y bonita frase.

...................................... | 03:13

...si lo puedes imaginar... lo puedes hacer...

te imagino...

Anónimo | 19:06

Pablo todo lo que cuentas es increible...tus historias están llenas de sentimientos maravillosos, la persona que esté a tu lado será afortunada...estoy segura de que algún día todas tus historias seran famosas y tu seras un gran escritor,sigue cosechando xq algún día recogeras..te deseo lo mejor,mucho ánimo!!!besos

Anónimo | 19:20

Hola Pablo, esta tarde he descubierto tu página...he leido casi todo, me guardo algo para mañana.
He sentido cosas que nunca habia sentido,eres increible y se nota que crees en el amor, es maravilloso todo lo que puedes trnsmitir...Te deseo lo mejor en un futuro, ojala pronto podamos tocar tus historias.Mucho ánimo

Pablo Martín Lozano | 22:37

Hola Vicky...El poder de la imaginción, ¿no?
No recuerdo ahora qué marca emplea el slogan "The power of the dreams", pero se lo robo por esta vez.

Besos!

Pablo Martín Lozano | 22:40

Hola Anónima: En primer lugar gracias por tu comentario. Si eres nueva, bienvenida, y si ya hace tiempo que paseas entre "sucedes" gracias por animarte a comentar.
Lo que cuento está lleno de sentimientos porque los humanos somos seres sentimentales. Somos sentimientos y eso se traslada a las letras que salen de mis manos.
Ojalá se cumpla lo que me dices, porque para mí sería un sueño. La cosecha va siendo cada vez más persistente y a la vez productiva. Espero que lleguen los días de recolecta.

Besos!

Pablo Martín Lozano | 22:47

Hola Marta, un placer tenerte aquí.
Me sorprende que hayas tenido el valor -y la paciencia- para leerte las casi 300 historias que llevo ya publicadas, pero te felicito -o acompaño en el sentimiento, jeje-.
Me alegra saber que mis palabras te han trasladado hacia sentimientos que jamás habías experimentado a través de la lectura, que te haya llegado el mensaje de cada historia. Sí, creo en el amor, es más, creo en el AMOR, ese que sólo puede escribirse en mayúsculas.
Gracias por tus ánimos y por ese "deseo" de tocar mis historias. Ojalá.

Besos y hasta el siguiente.