Según la Perspecitva

Según la Perspecitva

Parece que el invierno, sustentado fielmente por el frío, la lluvia y el color gris, penetra definitivamente en nuestras vidas sin oposición posible. No viene solo, trae consigo y de la mano a sus compañeras la melancolía, la pena y la decadencia. Todas ellas son crueles porque conocen a la perfección los momentos de debilidad y olfatean la flaqueza de las personas para introducirse cuando menos se necesitan. Es lo mismo que ocurre con los ordenadores, que cuando te entra un virus, ya no hay quien pare el tránsito de contenidos malignos. Es entonces cuando el antivirus debe ponerse en marcha; cuando los amigos deben ponerse en marcha.

Existen multitud de métodos contra el sentimiento de anemia invernal, pero ninguno tan exitoso e infalible como contar entre las filas de tus amigos con alguien especial. Ese tipo de gente que se encarga de cambiar el frío por el ambiente cálido y templado, la lluvia por rayos de sol que iluminan tu camino y el color gris por el rosa, que es como pintan ellos la vida. Realmente es un lujo tener cerca a alguien así en los momentos de enfermedad.

Gente que rebosa y transmite energía positiva y que realiza análisis totalmente diferentes a los tuyos, provocando la irremediable secuela de abrirte los ojos. Algo tan sencillo como cambiar la óptica del tema, variar la perspectiva o como vulgarmente se dice: darle la vuelta a la tortilla.
Así, lo difícil se vuelve fácil, lo imposible realizable y - como ya he dicho antes- lo gris se vuelve rosa.
Por lo tanto, gracias a esa persona (que seguro que sabrá que va para ella) por aportarme esa nueva visión y hacer cierto aquello de que "todo depende del cristal con el que se mire".

Y es que Sucede que Hoy, pese al frío, me siento arropado...