Primavera Descosida

Pido otro whisky mientras el pianista sigue amenizando la noche con canciones de jazz acompañadas por un saxo. Y ya van tres. Tres whiskys digo, que no tres canciones. La luz de las velas de las mesas se funde con el rojo que desprenden las bombillas del techo creando una atmósfera similar a la de un burdel de carretera. El humo de los cigarrillos sube por las paredes del local y se acumula en el techo formando una nube gris opaca que se impregna en la ropa y el sonido de los hielos dando vueltas en los vasos se turna con el de sonrisas extrañas y ajenas que se clavan como un dardo en mi frente. No estoy para risas. Nadie debería estarlo. ¿Acaso no se dan cuenta de lo que nos espera a todos? La gente es tan ignorante a veces... Ya ha caído el tercero casi de un trago, pero mi cuerpo y sobre todo el pesar de mi alma reclaman más alcohol. Beber para no ver. Para no afrontar la realidad que se avecina. Primavera descosida. Tócala Sam -pienso mientras observo las manos del pianista deslizándose con suavidad sobre el teclado. ¿Sabrá él lo que está ocurriendo ahí afuera y a pesar de ser consciente cumple con su trabajo? Tócala Sam y hazme olvidar las penas, incluso las que están por llegar. Hace calor. Los ventiladores del techo están parados. Tan parados como los que tuvieron la oportunidad de detener esto pero no hicieron nada para evitarlo. Me desabrocho el cuello de la camisa y apoyo el vaso frío contra mi garganta. Total, ya no la necesitaré para gritar contra nadie. Mi voz no volverá a ser escuchada después de esta trágica noche. Ni la mía ni la de ninguno de los que estamos aquí, encerrados como ratas de laboratorio. Tres parejas bailan despreocupadas en el centro de la pista con sonrisas dibujadas en sus rostros. Definitivamente aquí nadie es consciente de la realidad. ¿Cómo si no esas risas? ¿Cómo tanta falta de escrúpulos? Apuro las dos últimas caladas de mi cigarrillo y el último sorbo de whisky. No bebo ni fumo, pero cuantas menos cosas deje sin probar antes de morir, mejor. El suelo empieza a temblar. Los tanques están llegando.

Y es que Sucede Que Hoy una canción me trasladó...

8 comentarios :

Rafa | 21:52

Hola Pablo, hacía tiempo que no te escribía y he pensado que esta nueva entrada bien merecía un comentario.

"Primavera descosida" sigue, en cierta medida, la misma línea que tu pequeño homenaje a los reporteros de guerra. En ambos intentas reflejar la indiferencia de los hombres ante conflictos de semejante calibre como una guerra; éste último resulta bastante desolador, en el sentido de que todo el mundo intenta negar la realidad acudiendo a un lugar para desinhibirse, mientras desfilan los tanques por sus calles.

Desgraciadamente, ocurre de manera muy habitual. Creemos que podemos olvidarnos de aquello que es importante simplemente dándole la espalda o no preocupándonos de ello. Por eso, la labor de un reportero de guerra me parece una de las más apasionantes, pues son los encargados de ponerle voz a millones de personas que sufren, poniendo en riesgo su propia vida.
Valoro mucho a esos profesionales porque, la mayoría de veces ( todos conocemos el caso de Kevin carter), cumplen con el ideal del periodista. Los considero verdaderos héroes, porque persiguen los hechos y en la medida de lo posible, la verdad desde la primera línea de batalla si es necesario.

Bueno Pablo, con esto me despido. Si no te veo en el Ceu, por el Msn o en ningún lado, desde aquí te deseo lo mejor, para que puedas volver a Valencia diciendo que habéis triunfado en el concurso.

Hasta pronto y mucha suerte

Pablo Martín Lozano | 22:14

Hola Rafa, gracias por el comentario.

Así es, los reporteros de guerra merecen mil homenajes y reconocimientos. Yo intenté contribuir con el post anterior. Y en este...bueno, como digo al final una canción me transportó y me hizo crear y recrear una situación que poco a poco se dibujó en mi mente.

Agradezco tus deseos de triunfo en el concurso! Volveré de París y te contaré si sirvieron.

Un abrazo.

Anónimo | 07:20

Hola Pablo, pues completamente de acuerdo con el comentario de Rafa.
Esa es la realidad, que muy a menudo omitimos . . . pero bueno hoy me las has recordado, ¿ya viste: "Las tortugas pueden volar"?
si no lo has hecho te lo recomiendo
es una pelicula muy cruda, pero que a mi juicio todos deberiamos ver.

UN BESO
Marlene

Pablo Martín Lozano | 12:25

Hola Marlene! Gracias por tus palabras. No he visto la película, pero te aseguro que la veré muy pronto. Cuando lo haga intentaré hacértelo saber y la comentamos.

Un beso y gracias por la recomedación.

Encarni | 15:26

Hola Pablo!

Todos desarrollamos una capacidad increíble de ignorar la realidad cuando no somos capaces de afrontarla. Triste pero cierto en muchas ocasiones.

Mil besos.

Pablo Martín Lozano | 18:34

Hola Encarni, así es. Es tan fácil darse la vuelta y hacer como que no ves los problemas...pero siempre vuelven a saltar al primer plano. Aunque intentes evitarlo. No ver algo no significa que no exista.

Un beso y gracias!

Anónimo | 23:26

Es increíble esa manera de expresar sentimientos. Me da apuro escribir, pero algo en mí me dice que tengo que hacerlo.
He leido algunas de tus entradas, y la verdad es que me he emocionado.
Me encanta escribir, no te llego ni a la suela del zapato, pero espero algún día poder mostrar mis emociones de la misma manera.

He guardado esta dirección para ir leyendo las entradas poco a poco, tomarmelo con calma y entenderlas. Hacía tiempo que no encontraba una pagina tan probechosa. Lo repito, increíble.

Un saludo:


Ainara

Pablo Martín Lozano | 23:34

Hola Ainara y antes que nada muchísimas gracias por tu comentario.
Agradezco tu atrevimiento final y te invito a leer todo cuanto quieras. Está todo a tu alcance.
Y en cuanto a lo de escribir, es esa una necesidad que no debiera medirse en buenos y malos, pues quien escribe es porque siente la necesidad de hacerlo. Y de hacerlo además de esa manera. Así que ánimo y a escribir.
Comenta siempre que te apetezca en cualquier entrada.

Un beso y gracias.