A Doce Mil Metros De Altitud

Nunca había escrito estando a doce mil metros de altitud. Pero es una sensación excitante. La tinta del bolígrafo resbala sobre el papel con un trazo más agudo del habitual. Los nervios nunca llegan a dominarse del todo. El sonido de los motores se convierte en rutina y termino por tomarlo como silencio, como ausencia de ruido. Pero entonces llega el carrito por el pasillo empujado por una vendedora del teletienda disfrazada de azafata de vuelo. Es lo que tiene volar con compañías de bajo coste, que te venden hasta el aire. Compañías aéreas, digo, que no quien me acompaña. El último sol de la tarde penetra por la ventanilla de mi lado e ilumina estas páginas. París se queda atrás, pero los recuerdos me acompañan. Y lo hace también la sensación de que será esta una ciudad a la que volveré en diversas ocasiones. Tal vez por trabajo, puede que por viaje familiar, o en pareja, o solo en una escapada exprés. Sin embargo siento que ninguno de los motivos anteriores es el definitivo. ¿Y si volviera a París dispuesto a habitar una pequeña buhardilla de Montmartre, en la que día tras día despertara dispuesto a continuar con mi novela? No existe en el mundo lugar más inspirador que aquellas calles adoquinadas, sus casas desiguales con flores en los balcones, el verde de los árboles centenarios, el legado de tantos y tantos artistas que encontraron en aquella colina su particular musa inspiradora de letras, trazos o partituras. Volveré algún día, y lo haré para quedarme por un tiempo; el que me lleve impregnarme del arte bohemio que se respira en las calles de París, hilvanando páginas y páginas de una novela con sabor a amor. Y mientras espero el día en que ocurra, me conformo con soñarlo, aunque sea entre nubes esponjosas a doce mil metros de altitud. Vuelvo a casa.

Y es que Sucede Que Hoy escribí en el avión...

6 comentarios :

Quetzal | 06:54

Hola Pablo, que bien que ya estas de regreso en tu casa. Cuando escribas esa novela espero leerla.
un beso
Marlene

Pablo Martín Lozano | 11:44

Hola Marlene! Sí, volví el martes de París y todavía tenía la cabeza por allí aunque mi cuerpo estaba aquí. Llegó el jueves y me fui a Madrid, regresé ayer y escribí. Sé que estos días el blog ha estado un poco descuidado pero créeme que no he tenido tiempo! Espero volver a la normalidad desde hoy mismo.
Por supuesto que la leerás, ojalá se cumpla pronto.

Un beso!

Anónimo | 23:10

Si algun dia vas a Paris para quedarte en una buhardilla de Montmartre.....hazme un huequito en la maleta por favor! ;D

Bea

Pablo Martín Lozano | 23:19

Hola Bea, gracias por el comentario.
Tendré en cuenta tu petición!, jeje.

Ojalá se cumpliese algún día. Es uno de tantos sueños.

Un beso!

Jesusazo | 09:42

La verdad es que escribes muy bien. Me gusta mucho tu espacio.

Pablo M. Lozano | 09:53

Muchas gracias, Jesús.