Una Historia Inacabada

Recuerdo aquella noche en la que paseaba por las calles de un París apenas iluminado por el tenue resplandor que salía de las ventanas de las casas cercanas y la luz amarillenta de las farolas perdidas por las aceras. Los días de julio se esfumaban en aquella semana y me faltaban horas para disfrutar de todo lo que la hermosa ciudad me ofrecía. Edificios, calles, comercios, museos, plazas y un aire bañado en amor que revoloteaba por todas las esquinas, despertando sentimientos que por entonces creía ya dormidos. Me habían prevenido del peligro y, pese a creer estar vacunado contra aquel efecto, tu recuerdo me inundó por completo, mientras mi cuerpo avanzaba en dirección a Les Champs du Mars. Sentir aquel extraño impulso que desprendía cada centímetro de ciudad me condujo sin remedio hasta la imagen mental que conservaba de los años junto a ti. La soledad comenzó poco a poco a correr por mis venas y se distribuyó equitativamente por todas las partes del cuerpo, de tal manera, que mis ojos te añoraban tanto como mis manos, mi espalda, mi pecho o mis piernas. Inspiraba amor y cuando trataba de exhalarlo me encontraba con que no te tenía al lado para regalártelo. Mis pupilas soñaban con verse reflejadas en las tuyas en cada rincón, mi mano se perdía imaginando que apretaba con fuerza la tuya al pasear y mis oídos se deleitaban escuchando una voz espectral que no escuchaban más que ellos. Recuerdo que una lágrima rodó por mi cara cuando la luna iluminó por completo el río Sena en calma, atravesado sólo por un bateaux-restaurante con una mesa para dos vacía, ambientada por la luz de una vela sobre el mantel rojo. La Torre Eiffel ya asomaba a lo lejos y sus destellos me recordaban a los que salían de tus ojos en aquellos primeros días de nuestro amor, ahora ya tan lejanos. Y tuve la tentación de llamarte, aunque sólo fuese por escuchar tu voz al contestar y después colgar. Sentía la necesidad de hacerte saber que te echaba de menos en mitad de aquel paraíso para los enamorados, como yo lo estaba de ti. Tratar de reunir el aire suficiente en mis pulmones para lanzarte en un suspiro un "aún Te Quiero" que te hiciese temblar por dentro a pesar de tu armadura aparente. Pero no tuve el valor suficiente y ahora a quién le importa que no lo hiciese, si tal vez perdí entonces la oportunidad de volver a tenerte.

Y es que Sucede Que Hoy París volvió a mi mente de tu mano...

13 comentarios :

Anónimo | 03:25

Gran lección la de hoy pablo o, mejor dicho, maestro. El hecho de pensar que tengo a una persona como tú ahí para ayudarme en lo que sea, me sirve de gran ayuda. Me siento tremendamente afortunado de tener un primo como tú. Gracias por todo. Espero que todo te siga yendo así de bien, porque nadie más que tú se lo merece. Enhorabuena por tu blog porque cada día va a mejor, no es para menos. Un abrazo.
Álvaro =)

Pablo Martín Lozano | 03:50

Hola Álvaro, nada de maestro, me viene muy grande ese nombre! Tanto que nunca podré calzarlo. Quiero que sepas que siempre estaré para echarte esa mano y más ahora que nuestros caminos parece que se juntan más. Gracias a ti por lo que dices sobre mí y sobre el blog. Suerte en esta nueva etapa y no lo olvides; en tu mano está tu futuro.
Un abrazo.

Anónimo | 21:22

Hola


En este instante definitivamente me encuentro destrozada…
Me siento tan triste y no se por que mi corazón late tan fuerte, quizás sea de la desesperación de llamarle para suplicarle que regrese…

Hablo conmigo de una manera tan dulce que en el momento no pude entender que era un adiós…
Claro que no lo detuve ya que notaba en sus palabras la seguridad de quien ya ha tomado una desisción y no piensa cambiarla…Quizá hubo un instante en el que me miro fijamente y pensó en olvidarse de su decisión, en ese momento escuche a su corazón diciéndome un te quiero y un agradecimiento por amarlo como lo amo…

No pude evitar derramar miles de lagrimas he incluso formar ruidos de dolor…Y aunque el quiso consolarme simplemente no lo logro… quizás un solo abrazo suyo en ese instante hubiera regresado la cordura y hubiera olvidado aquella desesperación...

Se que el está bien y es lo único que importa en este instante…
¿Y yo?

Hoy simplemente en el dolor no encuentro la dulzura…

Un Beso

Anónimo | 21:26

Tras unos dias totalmente desconectada del mundo, vuelvo a leerte...y una vez más me sorprendes. Tal vez hoy me haya despertado con una mayor sensibilidad; o puede, no sé... que dentro de mí se esté desarrollando algo así como un gusto por el arte y lo humano dificilmente controlable,sí,puede...; pero tu texto ha hecho que se me escape alguna que otra lágrima. Y eso quiere decir algo...eres GRANDE.

Un beso

Bea

Anónimo | 22:16

Pablo!! he estado poniendome al corriente de tus últimos artículos, y mientras eso sucedia me enteré de que quizá seas el responsable de un reecuentro... Lei una vez más "recuerdo de un recuerdo inexistente" y gracias por escribir todo eso... despues te cuento.

De verdad, espero conocerte algún día. Hoy me hiciste sentir con solo leerte, lo que tantas veces la ha pasado a tu corazón cuando estas con una de esas niñas afortunadas.

BESOS
Marlene

...................................... | 00:14

buen... despues de unos dias desconectada del mundo...de mi misma de las calles que piso de los vuelos que surcaron mi suelo... en tiempos de incertidumbres busco palabras...en medio de la inmensidad de una ciudad tan diferente a otras...me abraza un mexico con sus mariachis y sus ruinas... gritando tradicion...y por momentos el aire trae nostalgias del ayer... y hace falta sentir el corazón en la yema de los dedos, acariciando el amor que no supo latir... y se empapan mis pupilas....queriendo encontrar respuestas a tantos interrogantes que van desplegandose... como lo hizo el cielo dias atras... cuando llegue a la cima de la Piramide de la Luna y pude palpar su eternidad...

son miles de kilometros, otras miradas...otras vivencias... y cada vez que te leo pablito... coincido en que sentir no tiene fronteras... que va mas alla de todos los tiempos.... y trasciende.... nos trasciende...

Pablo Martín Lozano | 03:16

Carolina: Puede que hoy no encuentres la dulzura en el dolor, porque estás buscándola en el lugar equivocado. Ciertamente está relacionado, pero el dolor sólo será el camino para que encuentres la dulzura en tu propio interior, en tu día a día, en tu soledad increíblemente beneficiosa. Lo que hoy no entiendes, mañana lo sientes. Todo ocurre por un motivo del que a veces no tenemos constancia, pero tanto lo bueno como lo malo tiene su razón de ser y hasta su recompensa. Búscala y empieza por entresacar todo lo positivo de tu vida sin él. A mí me va bien y te aseguro que la situación suena similar a la que sufrí.
Besos y ánimo.

Bea: Aunque pueda sonar extraño, me alegro de esa lágrima. La sensibilidad es algo incomprensiblemente poco valorado por la sociedad. Llegar a conectar tanto con algo, aunque sólo sean palabras, y te consiga sacar una lágrima es una razón más que suficiente para demostrarte que sí, que tu corazón sigue funcionando y ese amor al arte y lo humano que dices, o está despertando o simplemente sigue funcionando.
Gracias por tus palabras. Un beso.

Marlene: Me encantaría ser el causante de ese reencuentro del que hablas, aunque ya me conformo con haber motivado la posibilidad de serlo. Con comentarios como el tuyo siento que cuando escribo no lo hago sólo para mí, que puedo servir a otros y esa es una sensación increíble. Gracias. A mí también me encantaría conoceros a tod@s vosotr@s y compartir lo mismo que por aquí pero cara a cara. Sería precioso un encuentro así, aunque ciertamente complicado (jamás diré imposible). Esas niñas afortunadas de las que hablas, puede que a veces sólo existan en mi cabeza y en la tuya, aunque todo lo que escribo sea cierto o potencialmente cierto. De nuevo gracias y un beso.

Vicky: Cuánto he echado de menos leer tus palabras. Consigues conectar conmigo de una manera especial a través de lo que dices. Estoy contigo en que sentir, en que los sentimientos, no tienen fronteras y trascienden todos los límites. No hay nada más universal que ellos y si hablamos del amor, ya ni te cuento. A pesar de mis viajes de este verano, me das una envidia sana increíble cada vez que leo que me escribes desde un punto. Debes estar disfrutando mucho. El día en que yo pise todas aquellas tierras, trataré de buscar las huellas que vas dejando a tu paso sin darte cuenta. Sigue admirando todo cuanto pises y que frases como "sentir el corazón en la yema de los dedos, acariciando el amor que no supo latir" sigan decorando mi rincón.
Un beso fuerte y muchísimas gracias.

Anónimo | 11:33

A veces no se puede hacer nada, no era el momento, las circunstancias no acompañaban o simplemente no supieron valorar lo que entregabamos.

Piensa que no perdiste la oportunidad de volver a tenerla, sino que ella no supo ver cuanto le ofrecias cuando te tenía a su lado.

En muchas ocasiones ya no es tarde para nosotros, sino para ellos...

Un beso.

Pablo Martín Lozano | 14:54

Hola Encarni, gracias por tus palabras de ánimo. El "problema" aquí es que no era SU momento y toca esperar. También había mucho del final de tu primer párrafo, pero ahí ya no intervengo yo. En fin, que hay noches como en la que escribí esto, que me sobreviene la melancolía, pero nada que no sea controlable.

Besos y gracias!

La Escapista | 22:26

Un gran artículo.

Me ha recordado mucho a un poema de Gil de Biedma llamado "Paris Postal del cielo". París, sin duda, es maravillosa y si recorres sus calles al lado de la persona amada mucho más. El recuerdo es eterno.

Felicidades por el blog.

Saludos

Pablo Martín Lozano | 04:06

Hola Escapista. Gracias por tu comentario. No conocía ese poema de Gil de Biedma y al leer tus palabras lo he buscado. Desentrañando sus versos me he visto a mí mismo en París, sintiéndome sus pupilas admirando las mismas cosas que describe. Es un honor que mis palabras te hayan recordado a las de un poeta. Ciertamente París es hermoso en todas sus dimensiones; de la de pasarlo al lado de quien amas te la diré cuando lo cumpla.

Besos y gracias!

Unknown | 21:57

Pablo, nunk antes había leído algo relevara tan claramente mi sentir,mi pensar.Ciertamente es increíble como cada una de tus palabras le da a mi vida un sentido inigualable, espero tu blog no desaparezca jamas, pues perderia mi rumbo.
Un Bso. Danays

Pablo M. Lozano | 04:48

Hola Danays. Me alegro de que te guste lo que escribo y llegues a sentilo, porque al fin y al cabo de eso se trata. Si de verdad mis letras sirven para que abras los ojos a una determinada realidad, me doy más que por satisfecho. Espero que en los relatos menos tristes también te sientas identificada.

Un beso.