Cada cual es Hijo de su Época, pero...

Creo que todos estaremos de acuerdo en que cada uno es hijo de su época.
Una coyuntura específica y unas circunstancias especiales que definen, sobre todo en la infancia, el resto de nuestras vidas. Sin embargo, hay momentos en que me gustaría que la máquina del tiempo no fuese sólo un invento de Hollywood y existiera en la realidad. Y hoy es un día de esos.

Esta tarde se ha presentado el nuevo libro de Maria Antonia Iglesias "Maestros de la República: los otros santos, los otros mártires" en el Auditorio del Palacio de Congresos de Madrid. Un libro basado en los testimonios de antiguos alumnos, hijos, nietos y amigos de maestros que ejercieron su profesión a duras penas durante la II República española de la que, por cierto, está llegando el fin de su 75 aniversario. Y digo a duras penas y seguramente me quede corto para reflejar lo que aquellos luchadores por la libertad sufrieron y padecieron hasta el punto de costarles la vida.

Justo aquí me gustaría detenerme, bajar al sótano de mi casa, rebuscar entre los trastos y recuperar la máquina del tiempo del fondo del trastero. Desempolvarla y Clik! aparecer un día cualquiera de aquellos tiempos como un afortunado alumno de los que se citan en el libro.

Vivir en una época de contrariedades, plagada de sinsentidos y sinrazones y sin embargo morir en el intento por lograr una educación laica, libre y pública, capaz de formar a hombres igualmente libres y valerosos que prepararan un cambio necesario. Realmente se me llena la boca -en este caso las manos- de imaginar la labor que impulsó aquella gente y de pensar en el espíritu renovador que les estimuló. Envidia, pura envidia es lo que siento por no sentirme alumno suyo aunque fuese durante unos míseros instantes.

Al menos, me queda el consuelo de saber que, pese a que sus destinos no fueron nada agradecidos con ellos, su labor y la de muchos otros perduró y fructiferó, aunque tuviera que pasar mucho tiempo -demasiado tiempo- para ello.

Y es que Sucede Que Hoy aquellos maestros se merecen un recuerdo...

6 comentarios :

Anónimo | 19:59

...
Miramos la historia olvidando el presente.
La educación laica , libre y pública.. de eso sabe mucho Felipe Gonzalez y su amigo Polanco(en el caso Santillana), o sino que se lo pregunten a los politicos catalanes con la imposición de la lengua catalana durante los primeros años escolares..

saludos cordiales

Pablo Martín Lozano | 20:36

Querido anónimo,
en cualquier caso prefiero mirar la historia olvidando el presente, que mirar el presente olvidando la historia, o mejor, mirar el futuro olvidando la historia y el presente.
Nadie defiende en el artículo que haya quien imponga una lengua en la actualidad, cuando de sobra son sabidas las pretensiones de algunos, pero, con todo, todavía me parece más lógico imponer una lengua que le puede ser de enorme utilidad práctica el resto de su vida, a una religión impuesta por la historia y la tradición, sin alternativas.
Y por último, pese a tu comentario, sigo defendiendo una educación libre, que no una educación más parecida a un campo de adoctrinamiento militar, basado en la imposición, el castigo y la veneración a unos ideales en decadencia.

Como cosa aparte..me gustaría saber con quien intercambio opiniones, más que nada por no hablar a un letrero que indica "Anónimo".
Gracias por tus palabras y saludos cordiales igualmente.

Anónimo | 18:42

jeje
bonito juego de palabras y tampoco dudo tus artes con las letras...Pero horrores escritos con lazos azules siguen siendo horrores..
He estado en todo tipos de colegios creo que mi educación ni mucho menos fue a un campo de adoctrinamiento militar, basado en la imposición y el castigo

El pasado pasado está y hay aprender de los errores, por supuesto.El presente no se puede olvidar, porque es nuestra semilla para un futuro no muy lejano, que por supuesto no podemos perder de vista.

Además no vendria bien un poquito de mano dura en la educación actual.(dónde jovenes apalean a profesores y propios alumnos, que ademas son fotografiadas por sus propios telefonos moviles).

La eduacíón de nuestros jovenes no se puede ser tomada a la ligera, con la enseñanza se trata de enseñar y no solo eso la escuela te forma como persona...

Hablas de una religión impuesta por la historia, pero tambien hablas de que prefieres ante todo mirar la historia olvidando el presente.Tambien hablas en otro de tus articulos la libertad de expresión, pero en tu blogg pones trabas en algunos comentarios...

El mundo esta lleno de contradicciones..jeje

Saludos

Pablo Martín Lozano | 20:21

Querido anónimo (de nuevo),

Bienvenido al fabuloso mundo de la libertad de expresión. Déjame empezar por el final.
Dices que en mi blog pongo trabas a algunos comentarios, ¿Un solo ejemplo, por favor? Mira si apoyo la libertad de expresión que incluso me digno a publicar comentarios que pasan directamente al campo del ataque, pese a que vayan sin firmar y lancen piedras desde la distancia.
Es una pena que la dialéctica se confunda con el juego del insulto y no se pueda mantener una conversación constructiva muy por encima de ésto.
En cualquier caso gracias por reconocer los lazos azules en mis horrorosos escritos.
Ahora pasemos a lo que realmente prentendía con esta entrada; debatir y aprender.

Estoy totalmente de acuerdo contigo en que el pasado pasado está, que el presente es la semilla y demás. Por supuesto estoy igualmente asombrado por la situación actual de la educación (caso de las palizas y los móviles), si bien no creo que la mano dura deba darse en la escuela. Como apuntas, la escuela te forma como persona, pero no podemos olvidar que esa no es su función principal. Por tanto hay que forjar unas bases familiares fuertes en cuanto a valores y sensatez, sobre la que descansen luego los conocimientos adquiridos en la escuela. Creo que estos jóvenes no son más que el último eslabón de una cadena mal constituida desde el principio y cuyos actos no deben ser sólo atribuidos a ellos. La educación debería ir más allá de los colores políticos y ser una función estable dentro de la sociedad, siendo la familia la encargada de aportar valores y madurez al menor. Claro que con 3 o 4 horas al día (en el mejor de los casos) de tiempo compartido entre padres e hijos es algo difícil de resolver.
Y por último, en cuanto a lo de que prefiero mirar la historia olvidando el presente, creo que has malinterpretado mis palabras. A lo que me refiero (y fue como respuesta a tu comentario) es a que no podemos mirar el presente sin ser conscientes del pasado. El pasado pasado está, de nuevo, pero de él debemos analizar los puntos débiles para remediarlos. Lo que no se puede hacer en ningún caso es concebir cada época de manera independiente.

En fin querido anónimo, encantado de volver a dialogar contigo y reitero mi petición de, al menos, ponerte nombre.
Gracias por tus comentarios

Anónimo | 21:07

Estoy deacuerdo con tu último escrito...
Perdona por haberte hecho trabajar en domingo...
la verdad es q me he entretenido. es la primera vez que conecto con tu blogg, pero te mantendre vigilado...

catas

Pablo Martín Lozano | 21:24

Es un placer "trabajar" incluso en domingo si es para intercambiar opiniones.
Agradeceré tu "vigilancia" y estaré encantado de publicar comentarios tuyos; yo también me divierto.
Saludos, Catas