Buon Giorno Signorina!

Sentado en uno de los tantos puentes que atravesaban de lado a lado los canales de la ciudad, Gio observaba el amanecer mientras sus pies, que colgaban entre los barrotes de piedra, se movían con alegría al compás de sus silbidos. A lo lejos, sobre los cristales de las ventanas, comenzaba a reflejar tímido el sol anaranjado de la aurora. Las primeras góndolas se deslizaban silenciosas por las tranquilas aguas cargadas de fruta, pescado y hortalizas que poco después serían vendidas a los más madrugadores. Como Leonor, la joven que cada mañana salía con su perro a pasear y aprovechaba para realizar las primeras compras; o Francesca y sus alegres andares de camino a la panadería; o Marcela siempre tan contenta a pesar de las horas. Una a una, Gio les saludaba deteniendo su melodía para decir efusivo un Buon Giorno Signorina! que la mayoría de las veces recibía una cálida sonrisa como respuesta. No había mejor manera de comenzar la jornada para Gio que aquellos amaneceres silenciosos en los que sólo alguna gaviota rompía el sigilo con su particular forma de agradecer un día más la luz. Y a pesar de que Gio disfrutaba cada día con algo tan sencillo como sentarse a contemplar el amanecer y saludar cada día a las mismas personas en su rutina desde el puente que terminó por ser conocido en la barriada como "il Gioponte", era sólo el sábado, cuando apenas el sol rayaba el horizonte, cuando Gio era realmente feliz. Después de una semana entera acercándose cada mañana a buscarla por si en aquella ocasión llegaba con antelación, Gio contemplaba pasar por debajo de sus piernas la elegante góndola con terciopelo granate y flores que transportaba a Sofía, la hija del más célebre mercader de toda Venecia que, como cada fin de semana, era llevada a casa desde la escuela interna en la que adquiría destreza musical, a pesar de que no había música más bella que la que suscitaba su mirada de ángel.

Y es que Sucede Que Hoy mi mente volvió a Venecia...

2 comentarios :

Anónimo | 06:22

Simpre es un placer leerte y que como hoy nos transportes a otro lugar.

un beso
marlene

Pablo Martín Lozano | 14:30

Hola Marlene! Gracia!

Y siempre es un placer recibir vuestros comentarios.

Besos! y a viajar...aunque sea mentalmente.