Tu Piel de Asfalto

Tu Piel de Asfalto

Con el debido respeto pero a paso firme y sobre ruedas hoy he vuelto a pasar por aquella calle. Los mismos árboles a cada lado, los comercios, las farolas, las filas de coches aparcados. En otro tiempo aquel asfalto se alegraba cada vez que lo pisaba augurando una buena tarde y sin embargo hoy he pasado desapercibido.

Ya no sonreía, no había motivo para estar feliz, ni siquiera agradecía mi presencia tras un largo tiempo. Después de que siempre le hablé, le traté con cariño, le agradecí hasta el último rincón que me dejó para permanecer aparcado en las esperas, le aplaudí cada vez que me regaló melodías de brisa y hojas amenizando los instantes de nervios y alegría, hasta le acariciaba con mis pasos por concederme tantos ratos agradables. Y sin embargo hoy pasé desapercibido.

Ni las hojas danzaron, ni la luz brilló con aquella magia a la que me tenía acostumbrado. Tal vez porque hoy no me atreví a alzar la mirada, ni siquiera de reojo, buscando un reflejo en las cortinas como antaño. Tal vez porque no ha sentido el latir de mi corazón al doblar la esquina.
¡Ay, calle del alma! Con lo que un día llegamos a ser y sin embargo hoy he pasado desapercibido.
Pero no te guardo rencor, al fin y al cabo y como dijo Borges:

"Calle grande y sufrida,
eres la única música de que sabe mi vida"

Y es que Sucede Que Hoy volví a pisar tu piel de asfalto...