Mismo lugar, gente diferente

Duele ver como la vida te hace pasar en más de una ocasión por la misma situación. Pasa el tiempo, te caes, te levantas y aprendes, pero el destino te tiene reservada la sorpresa de hacerte comprobar si realmente aprendiste. Tal vez lo hice, pero siempre fui un inconformista.

Hoy de nuevo el mismo lugar, mucho tiempo después y con gente totalmente diferente.
Sin embargo, la mesa, la luz, el aroma, el sonido, la presencia y el anhelo se repiten un año más tarde, incluso cuatro años más tarde.
Ni los ojos de enfrente eran los mismos -tampoco eran los únicos- ni mi corazón latía con la misma intensidad y eso que hubiese sido un día especial. Aun así, el mismo pensamiento se ha paseado por mi mente. Las mismas ganas de expresar el mismo sentimiento. Pero he abierto bien los ojos, he comprobado y analizado cada situación y no he sido capaz de obtener una respuesta similar. Seguramente ya no sea la misma historia, seguramente ni yo soy lo mismo. Pero aquí estoy, escribiendo y describiendo un sentimiento del que ya fui dueño hace más de un año. Claro que está vez el destino no me ha cogido desprevenido y le estoy ganando la partida.
Lo siento, tal vez sea momento de ir buscando otro corazón blando, la corteza del mío empieza a ser demasiado dura para ti.

En cualquier caso, aquel rincón no cambiará de dueña en mucho tiempo, por aquel entonces todavía creía en muchas cosas; todavía era capaz de mirar a los ojos...

Y es que Sucede Que Hoy el destino quiso ponerme a prueba...

4 comentarios :

catas | 00:41

Y es que sucede que hoy, igual que ayer y seguramente no más distinto que mañana vuelvo a verme reflejado en uno de tus escritos...

Solo te tengo que decir que eres un gran cabrón o tal vez darte las gracias por hacerme pensar en un poco en lo que no quiero pensar ni oir ni ver ni hablar o tal vez pedir perdón..

Y es que sucede que hoy el espejo esta en tu blogg..

Saludos

Pablo Martín Lozano | 00:56

Welcome back, Catas.
Llámame como quieras, el caso es que me llena mucho y me complace que lo que escribo llegue a gente que ni siquiera conozco físicamente y se convierta en reflejo de muchos.
Lo malo es que entonces sé como te sientes y los dos sabemos que...hay momentos mejores.
Pero también te digo que somos nosotros mismos quienes podemos hacer que lo sean de nuevo. Es decir, sólo nosotros tenemos el poder para que seamos lo que queremos ser, nadie nos lo impide y si lo hacen, sáltate las normas.
En fin, tiempos mejores vendrán, seguro.

PD: Prefiero el papel de la persona que abre los ojos que el de cabrón, jeje. ;)

Un placer tenerte de nuevo por aquí.

Saludos

Luis | 17:11

Sucede que acabas por aprender a copar con tus sentimientos. ¿Será cierto que la corteza se endurece? Yo no me atrevo a decirlo, lo que si que es cierto es que jure no volver a callar mis sentimientos y lo llevo a rajatabla, ahora me dicen que como puedo decir las cosas que digo y la verdad es que el resultado final puede ser el mismo, pero ya no sufro por la impotencia de haber callado. Ella ahora es un dulce recuerdo cada vez más tenue. Lo que estoy pensando ahora, es que el amor pueda ser como el alcoholismo, que quizás nunca se cure, y que si has amado alguna vez, quizás nunca dejes totalmente de amar a esa persona, yo que ahora vuelvo a España por navidades y la verdad es que no se que pasaría con la del tenue recuerdo si me la pusieran por delante.

Pablo Martín Lozano | 17:40

Tienes toda la razón Luis.
Si finalmente se acaba demostrando que el amor es como el alcoholismo no me importaría que me tomaran el resto de mi vida por borracho. Al fin y al cabo tanto el amor como el alcohol te hacen vivir cosas que en un estado normal no podrías.
Lo cierto es que uno hace bien en no callarse las cosas, dicen que más vale arrepentirse de lo que has hecho que de lo que nunca llegaste a hacer. Es una buena filosofía de vida.
Y sí, nunca dejas de amar a quien has amado pero incluso eso es bonito. El amor es un regalo y como tal, no tiene fecha de caducidad. Cuando te regalan una prenda de vestir te da igual que pase de moda, es un regalo. Con el amor pasa lo mismo.
En fin, suerte en tu reencuentro con la del tenue recuerdo y si no lo tienes, no te preocupes que vuestros corazones contactarán siempre pese a la distancia.

Saludos