Puede ser que la Luna...

Carretera, ventanillas subidas, calefacción a temperatura agradable y veintitrés kilómetros por delante. Ganas de reencontrarme con ella, de experimentar, de sentir, de crecer, de aprender...
Tras de mí, dos focos me indican por el retrovisor que mi compañera de viaje(s) aun me sigue.
Seguramente nos quede todavía algún desvío en la ruta, pero tranquila que ya llegamos.
De pronto, algo asoma detrás de las montañas rojizas por los últimos rayos de sol.
Una gran esfera blanca con matices en ocre, luminosa, tridimensional y portadora de una energía increíble.
Ahí está la luna, digo.
Grande, pura, reluciente, cercana. Creo que de haber bajado la ventanilla y alargado el brazo ahora sería de los pocos afortunados en conocer su textura, su tacto de historia, reflejo y magia.
No era un astro diminuto, lejano y tristón. Hoy estaba ahí, reluciente, esplendorsa, brillante, resplandeciente, luminosa, radiante, refulgente y lúcida. Cercana, cargada de misterios y mostrando su cara más bonita.
¿Alguien ha corrido la misma suerte que yo de verse embaucado por la magia de la luna de esta noche?

Y es que Sucede Que Hoy lucías hermosa guiando mi camino hacia la verdad...

2 comentarios :

Mariola | 20:21

:D:D SuCeDe qUe hOy y aYeR SIgUeS DeSpErTaNdO

Mariola | 20:22

:D:D sucede que hoy y ayer despertaste un poco mas