Palabras De Arena Y Sal

Rugía bravo el mar de fondo en su demostración de fuerza y poder, mientras los rayos de sol se deslizaban por mi cuerpo con suavidad en busca de pequeños rincones aún por dorar. A mi alrededor la gente leía, hablaba, jugaba o incluso dormía plácidamente en aquella fastidiosa y fatigosa hora del medio día. El calor caía con el mismo aplomo que caía la duda desde mi cabeza hasta mi corazón. Aquel parecía el escenario perfecto para calmar temores, respirar el aire salado de la brisa marina y regenerar sentimientos con la ayuda curativa del agua del mar. Primero me acerqué a la orilla para contemplar en calma la línea del horizonte que se perdía a lo lejos y que por momentos parecía más cercana que las respuestas a mis enigmas. Después una ola trajo hasta mis pies una piedra suave y redondeada de forma ovalada, con la que volví hasta mi toalla. Una vez tumbado boca abajo, todavía con la piedra entre mis manos, sentí que necesitaba expresar y dar salida a las inquietudes que recorrían y arañaban mi cuerpo, dejando aflorar todas y cada una de las aflicciones que avanzaban quemando penas en mi interior. Y comencé a escribir en la arena con la piedra como pluma, las palabras que dictaba mi corazón en una columna, y al lado las que salían de manera directa y fría de mi mente. Fue clave el hecho de que la primera lista engrosara en mayor medida y a mayor velocidad que la segunda, pero si hubo algo que terminó por aclarar mis dudas, fue el momento en el que una ola despistada y más osada que las demás, se introdujo sin temor tierra adentro y con su tímida caricia borró las palabras que habían salido de mi mente dejando intactas las de la primera columna. Ahora, a mi lado, sólo quedaba una larga lista de sentimientos e ilusiones que ni el propio mar, aquel que rugía bravo al principio, se había atrevido a borrar.

Y es que Sucede Que Hoy encontré la respuesta en la arena...

2 comentarios :

Anónimo | 22:11

Pocos momentos son tan bonitos como ese en el que el Sol se va escondiendo y tú lo observas desde la orilla del mar. Da tranquilidad, paz, armonia... es un gran momento para buscar respuestas, aunque no están aseguradas. Pero si no las encuentras al menos, habrás respirado aire "salado", habrás escuchado el lindo sonido del mar, te llevarás cada poro de tu piel repleto de sal. Casi todos los sentidos contentos, olfato, vista, oido, tacto ¿qué más se le puede pedir?

Ahora que comentas que tu piedra te sirvió para escribir esa lista te diré que hace poco me regalaron una piedra muy especial y que cuando necesito fuerzas para continuar el dia a dia, la cojo entre mis manos, me siento, cierro los ojos y me renuevo. Sin duda alguna, es el mejor de los regalos.

Como sabes he estado muy desconectada ultimamente y apenas he leido tus post. Decidí empezar para ponerme al dia, pero no podia ser cualquiera. Tenía que ser este, porque no tenia ningun comentario y yo hice un trato con el cual me enriquezco cada vez que lo cumplo.

Se que muchos te leen pero pocos comentamos y yo no podia dejar este post tan solito.

Un besote.

Pablo Martín Lozano | 00:23

Todo lo que huela a mar, arena, sal y brisa...me tiene totalmente vencido. Las piedras tienen un poder enorme y la gente lo subestima. Sirven de gran ayuda y conexión. Me alegro de que te guste la que tienes y la utilices. Gracias por vestir la desnudez de este post y además hacerlo con estas palabras tan bonitas.

Un beso.