Se Me Pega La Luna a La Piel

El calor se me pega al cuerpo casi tanto como tu recuerdo a mi retina. La madrugada no avanza y mientras chorritones de verano resbalan por mi cuerpo imagino una ducha de agua helada cayéndome desde el techo. El aire de la habitación es cada vez menos respirable. Me abrasan las sábanas y la piel. Por la ventana un cielo amarillento asoma a cada minuto con más claridad y los sonidos de la noche poco a poco van apagándose. El mercurio debe rozar los treinta. Apenas son las cuatro de la madrugada. Tal vez las cinco. Ya perdí la cuenta de las ovejas y los segundos que han transcurrido desde que mis ojos se han negado a permanecer cerrados. Amanece mi cuerpo y afuera, impasible, la madrugada avanza espesa. Mis entrañas se hacen agua. Y me viene a la memoria aquello de "siento que me licuo mientras tus manos acarician mi piel ardiente en estas noches calurosas de un verano inesperadamente pleno". Y de nuevo, como entonces, siento convertirme en charco si me muevo. Trato de enfrentarme al sueño hasta que, cansado de luchar, acabo rindiéndome al desvelo. La duda asalta mi cerebro en mitad de todo este revuelo. ¿Tan difícil es tener los días del verano y las noches del invierno?

Y es que Sucede Que Hoy la luna se me pegó a la piel...

4 comentarios :

alguien | 15:40

es increible cómo describes una calurosa noche de verano con esa belleza. De verdad, me encanta la manera de escribir que tienes :)

Pablo M. Lozano | 00:53

Hola "alguien". Un placer saber que te gusta la manera en la que escribo. No sé si será increíble o no, como dices, pero calurosa sí lo fue, y mucho.
Saludos y gracias.

Anónimo | 18:44

Hola Pablo, rato sin pasar pero gusto en regresar, me ha cautivado el titulo de tu entrada, creo que sin leer todo el post dice bastante y al hacerlo me quedo con la última pregunta, Buen fin de semana :)

Pablo M. Lozano | 17:06

Hola Rocío!
Muchas gracias. Me alegra que hayas vuelto y te haya gustado lo que has visto.

Saludos.