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Cuando Estalla Vigorosa el Alba


No me importa el otoño si despierto a tu lado. Ni que el cielo se encapote, o lluevan piedras contra el suelo siempre que mi edredón termine por enredarse entre tu cuerpo. Que mis labios amanezcan entre los rizos de tu pelo. Afuera, el gris pinta de melancolía la mañana. Adentro, entre paredes, el arco iris ilumina toda la estancia y se refleja en tus pupilas todavía dilatadas. Tu sonrisa se convierte en el mejor desayuno dándome energía para toda la jornada. Qué bonita eres cuando estalla vigorosa el alba. Y te miro y sonrío y agradezco tu presencia a la vida y a las hadas. No hay palabras más sinceras que afirmar que tu presencia es como vivir en una primavera sostenida y dilatada. Que el otoño debió inventarlo un herido de amor con la espina aún clavada.

Y es que Sucede Que Hoy tu presencia fue mi luz en la mañana...

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